Más Información
Taddei anuncia ampliación presupuestal para elección judicial tras reunión con Sheinbaum; busca más de mil mdp
Ya está disponible Archivo Histórico de Compranet para consulta pública; alberga más de 6.7 millones de documentos
Diputados de Morena alistan caravana para evento de Sheinbaum; sólo podrán usar autobuses autorizados para llegar al Zócalo
“Aunque no se acepta abiertamente, hay un cambio en la estrategia de seguridad”: Xóchitl Gálvez; reconoce a Sheinbaum
Comisión jurisdiccional abre la bóveda y halla 66 expedientes; serán analizados para desechar prescritos
@JLAdame
Dejando atrás la euforia del fin de semana pasado en la NFL, me queda claro que los Vikingos de Minnesota están pavimentando su camino a Súper Bowl LII de la manera más brillante.
El trabajo realizado por su head coach, Mike Zimmer, con el soporte de su coordinador ofensivo, Pat Shumur, y el gran trabajo en su primera temporada, Clancy Barone, como entrenador de receptores, le ha dado a esta organización uno de los planteles más solidos ofensivamente hablando.
Mucho se ha debatido sobre la rotación de jugadores a lo largo de la temporada regular y con ello se han generado múltiples opiniones. La rotación obedece a un propósito de cuidar físicamente a los jugadores a fin de que realicen su mejor desempeño en busca del triunfo.
Los Vikingos se han caracterizado por contar con una ofensiva homogenizada producto de la constante rotación de jugadores a los largo de la temporada regular y que le ha dado grandes frutos en la etapa de playoffs en este 2018.
En el enfrentamiento con los Santos de Nueva Orleans le tocó a Stefon Diggs vestirse de héroe con la recepción de 61 yardas para anotación con tan solo diez segundos para finalizar el partido. Con ello llegó la victoria que les permitirá jugar por el titulo de la conferencia Nacional ante Filadelfia, en busca de su pase al llamado Súper Domingo del próximo 4 de febrero.
Pero así como lo fue Diggs, también pudo haber sido Jerick McKinnon, Kyle Rudolph, o los otros cinco miembros del cuerpo de receptores de Minnesota.
Es ahí en donde el trabajo de Barone ha rendido frutos, sacar el máximo potencial de sus receptores con gran visión de campo, capacidad de respuesta y comprometidos a ejecutar las instrucciones de la jugada en turno de manera impecable con el mejor físico.
Así las cosas, este concepto de trabajo no es nuevo, es uno de los objetivos en el plan de cada uno de los equipos, se cree que los jugadores son sumamente profesionales y con el talento para cumplir con esas expectativas; la diferencia con los Vikingos de Minnesota es que les ha dado resultado a la perfección porque han logrado el anhelado punto de equilibrio.
El trabajo realizado por su head coach, Mike Zimmer, con el soporte de su coordinador ofensivo, Pat Shumur, y el gran trabajo en su primera temporada, Clancy Barone, como entrenador de receptores, le ha dado a esta organización uno de los planteles más solidos ofensivamente hablando.
Mucho se ha debatido sobre la rotación de jugadores a lo largo de la temporada regular y con ello se han generado múltiples opiniones. La rotación obedece a un propósito de cuidar físicamente a los jugadores a fin de que realicen su mejor desempeño en busca del triunfo.
Los Vikingos se han caracterizado por contar con una ofensiva homogenizada producto de la constante rotación de jugadores a los largo de la temporada regular y que le ha dado grandes frutos en la etapa de playoffs en este 2018.
En el enfrentamiento con los Santos de Nueva Orleans le tocó a Stefon Diggs vestirse de héroe con la recepción de 61 yardas para anotación con tan solo diez segundos para finalizar el partido. Con ello llegó la victoria que les permitirá jugar por el titulo de la conferencia Nacional ante Filadelfia, en busca de su pase al llamado Súper Domingo del próximo 4 de febrero.
Pero así como lo fue Diggs, también pudo haber sido Jerick McKinnon, Kyle Rudolph, o los otros cinco miembros del cuerpo de receptores de Minnesota.
Es ahí en donde el trabajo de Barone ha rendido frutos, sacar el máximo potencial de sus receptores con gran visión de campo, capacidad de respuesta y comprometidos a ejecutar las instrucciones de la jugada en turno de manera impecable con el mejor físico.
Así las cosas, este concepto de trabajo no es nuevo, es uno de los objetivos en el plan de cada uno de los equipos, se cree que los jugadores son sumamente profesionales y con el talento para cumplir con esas expectativas; la diferencia con los Vikingos de Minnesota es que les ha dado resultado a la perfección porque han logrado el anhelado punto de equilibrio.