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18 de mayo de 2019. 17:15. El policía segundo Uriel Galicia recibe en su Nextel la llamada de una vecina de la colonia La Noria. Galicia, policía desde hace once años, ha compartido su número con diversos ciudadanos de Xochimilco. Esto le permite llegar a lugares donde hay emergencias en cosa de minutos, sin tener que depender del número 911.
Este sábado hay una. La vecina que acaba de marcarle le dice que vio entrar a varios desconocidos en una casa de la privada San Lorenzo, y que dichos desconocidos “están sacando unas cosas”.
Galicia dice que los sábados el problema mayor en Xochimilco son los episodios de violencia intrafamiliar, y también el robo a transeúnte. Aunque en los últimos tiempos han crecido los reportes por robo a casa habitación.
Las circunstancias de estos robos son parecidas: los asaltantes estudian la casa a la que van a entrar, y lo hacen cuando los propietarios han salido. Eso mismo estaba ocurriendo en la privada San Lorenzo.
Galicia y su compañero, José Ayala Ponce de León, pidieron apoyo a la patrulla MX539R1, y se dirigieron en su propia unidad (la MX502R1) hacia la cerrada. Se encontraron de frente con una camioneta Ford Edge de color negro, que iba disparada. Viajaban en ella cuatro hombres. Los uniformados intentaron cerrarle el paso, pero la camioneta los evadió.
Inició una violenta persecución por las calles Aldama, San Lorenzo, Prolongación División del Norte y Muyuguarda. En un momento dado, el conductor de la Ford Edge se saltó un camellón y escapó en sentido contrario, hacia la calle Guadalupe Ramírez.
“Estaba claro que no iban a dejarse”, recuerda Galicia.
Hace unos años, en el sector Roma, este policía segundo tropezó con otro de esos delincuentes que no suelen dejarse. Estaba asaltando a los pasajeros de un micro. Cuando la patrulla de Galicia le cerró el paso, el asaltante le puso la pistola en la cabeza al chofer de la unidad y gritó que iba a comenzar a matar a los pasajeros si no lo dejaban irse. Galicia le metió dos tiros en la pierna.
Hay un video que capta los últimos instantes de la persecución en Xochimilco. La camioneta negra se pasa una luz roja, intenta arrollar a dos uniformados que le marcan el alto y se mete en sentido contrario por las vías del tren ligero.
Un taxi que se cruza azarosamente en el camino detiene su huida. Entonces, las dos unidades policiacas la cercan. Hay humo, los tripulantes de la camioneta bajan y se dispersan. Aparece de pronto un oficial herido.
“Oí varias detonaciones”, recuerda Galicia.
Uno de los asaltantes había abierto fuego contra los tripulantes de la otra patrulla, el policía Israel Erocha y su compañero Julio César Méndez. Erocha cayó herido en el brazo y abrió fuego en contra de su atacante.
Según el cuadernillo de los uniformados, los servicios médicos que acudieron al lugar diagnosticaron que el asaltante había recibido dos disparos. Tenía “fractura expuesta de antebrazo derecho y pie izquierdo”.
“Nosotros nos fuimos por los demás”, relata Galicia. En un instante llegaron nuevas unidades. La calle se volvió un manicomio de sirenas, autos atascados y gente paralizada en las banquetas.
Los tres que huían fueron detenidos. Uno de ellos alzó los brazos y dijo: “Ya. Estoy dado”. Tenían entre 25 y 39 años. Alfredo “N”, declaró que se dedicaba “al transporte”. Uno de sus cómplices dijo que trabajaba en “Galletas Cuétara” y el último sostuvo que su oficio era el de comerciante.
La camioneta, según la enumeración del policía segundo, iba cargada de “relojes, joyas, bisutería, iPads, iPhones…”.
“El día terminó bien”, concluye Galicia. “Aunque el compañero resultó lesionado, lo reportan fuera de peligro. Y además los agarramos. Terminó bien”.
@hdemauleon
demauleon@hotmail.com