El futbol en nuestro país es un espectáculo en el que necesitamos, como aspecto fundamental, prevenir los futuros problemas de violencia que se dan cada fin de semana y —para conseguirlo— deberíamos sentar unas bases que estén soportadas sobre principios éticos y de conducta que, en caso de incumplirse conlleven una sanción o total suspensión de la participación en este deporte, ya sea con el club o prohibiendo la entrada a los estadios para siempre a las personas que incurran en violencia.
No puede ser que una vez más la Liga MX no haga algo para evitar o castigar lo sucedido el sábado por la noche en Torreón, en donde unos vándalos apedrearon el autobús del Monterrey y estuvieron muy cerca de lesionar gravemente a Dorlan Pabón.
Tampoco se vale lo que sucedió dentro del estadio, en donde un pequeño grupo de la misma afición de Santos lanzó proyectiles a la gente de seguridad, y lo peor es que la policía, que —como sabemos— no cuenta con una capacitación real para controlar este tipo de situaciones, hizo mucho más grande la bronca.
Se debe trabajar en la concientización por parte de todos, gente de la Liga MX , ciudadanía, tanto adultos como niños y jóvenes, quienes ocuparán en el futuro las tribunas de los estadios. Se tiene que trabajar en medidas: campañas publicitarias, actividades educativas orientadas a la prevención y erradicación de la violencia, educadores que inculque los valores del deporte.
Hay mucho trabajo por hacer. Nunca es tarde para comenzar y, así, evitar que estos problemas se sigan viendo en los diferentes escenarios.
Esperemos que en los partidos que restan de este campeonato dejemos de ver este tipo de situaciones y la gente entienda que sólo se trata de futbol.
