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Ayer, durante el entrenamiento de la Selección Nacional en Houston , fueron muy notorias las charlas que tuvo Gerardo Martino con Andrés Guardado y Raúl Jiménez, dos elementos en quienes el argentino ha depositado mucha de su confianza en este inicio de proceso y de quienes ahora necesitará mucho para no fallar en la Copa Oro , torneo que está diseñado para que lo gane México .
El Tata
platicó por separado con los futbolistas, a quienes hacía algunas señas como si les explicara los movimientos que necesita en la cancha; movía los brazos, señalaba, recreaba situaciones de partido. Es sabido ya que el lunes, después del duelo en Charlotte contra Martinica, el técnico encerró a todo el plantel para explicarle las fallas en ese juego, que le costaron dos goles en contra y arrancó con un nerviosismo que no se había vivido en su gestión.
La primera obligación de Martino es esa: evitar que el partido de mañana contra los costarricenses se convierta en una frustración más para el futbol mexicano. La Selección es favorita y a eso debe responder el equipo. Será el primer partido de eliminación directa del Tata; ese tipo de duelos, de los importantes, que Juan Carlos Osorio nunca pudo ganar.
La selección de Costa Rica, que dirige Gustavo Matosas , no es —al momento— una potencia, como lo llegó a ser en el proceso de 2014, cuando la dirigía Jorge Luis Pinto. Es un equipo que se ha hecho viejo y al que le ha costado mucho trabajo encontrar nuevos futbolistas. Pero ese es problema de Matosas y a Martino no debe importarle.
Lo que debe preocupar al estratega mexicano son las fallas a la defensiva que presentaron en los últimos dos partidos. Algunas por el exceso de confianza de sus futbolistas, como Néstor Araujo , y otras porque algunos no están en ritmo, como Diego Reyes . El argentino espera que Héctor Moreno ya esté recuperado y pueda estar en la línea de los centrales, porque siempre lo ha visto como su hombre fuerte en la zaga. Martino necesita ahí al líder que tiene en los otros sectores del campo con Guillermo Ochoa en la portería, Guardado en el mediocampo y Jiménez al ataque.
Y de este último, además de los otros responsables de la ofensiva, el técnico necesita contundencia. Que el porcentaje de fallas en las oportunidades que genera el equipo (que son muchas) disminuya, para finiquitar rápido el juego y después trabajarlo con la posesión del balón y los contragolpes.
Pero para lograr esto, el Tata necesita volver a convencer a sus jugadores de retomar la seriedad con la que, dijo, abrieron el torneo de la Concacaf contra Cuba. Cero protagonismos excesivos, no más excesos de confianza y no dar por perdida una sola jugada. Esas son las claves para el equipo mexicano contra una selección de Costa Rica que no es favorita. Si el argentino logra volver a meter en cintura a sus futbolistas, México no debería tener problemas para clasificar a las semifinales de la Copa Oro y Gerardo Martino para cumplir con las obligaciones que tiene en este, su primer torneo oficial como técnico de la Selección Mexicana.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx