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Parecen mimetizados por los rivales.
Cuando iniciaron la Copa Oro , entendieron perfectamente que la debilidad del adversario se debe aprovechar y mostrar la mejor cara de un equipo, golear y agradar a los cientos de miles de aficionados a la Selección Mexicana , pero se ha ido perdiendo este concepto poco a poco. La noche del domingo fue la peor exhibición del equipo desde que Gerardo Martino dirige.
Muchos días de calma para recapacitar, porque se minimiza a los rivales, como sucedió con Canadá y Martinica. Cada vez juega con más desconcentración en momentos cruciales y, sobre todo, hay que entenderlo, porque no se puede dejar de sufrir contra equipos de tanta miseria deportiva.
Contra Canadá , hubo momentos de incertidumbre cuando los norteamericanos se acercaron en el marcador, y con Martinica , contra jugadores que en su país son carpinteros, meseros o maestros, terminaron pidiendo el silbatazo final. Un sufrimiento innecesario, porque nadie se cree esa patética frase que “han crecido los rivales de Concacaf ”, concepto —además de absurdo— mentiroso.
Para volver a tener jerarquía en el área se debe arrasar en este torneo y todos los que tenga Martino con selecciones amateurs a las que la metamorfosis concacafquiana presenta como profesionales. México ha jugado contra equipos limitados, pobres de nivel y que, si intentan competir, es solamente por su preparación física, pero nulo concepto futbolístico.
Y así será Costa Rica, próximo rival que nada tiene que ver su nivel de la actualidad con el mostrado hace cinco años en Brasil , cuando sorprendió al planeta llegando a cuartos de final de una Copa del Mundo . Gustavo Matosas debe estar frustrado al ver a los ticos como un equipo del montón del área, sin poderlos mejorar, como fue su promesa de campaña con los federativos costarricenses.
Lo que sí existe de diferencia, con relación a un partido de primera ronda, es que en esta fase de eliminación salir con la sobradez de Néstor Araujo , quien tenía el balón controlado y lo regaló al rival, o intentar adivinar que un tiro libre va por encima de la barrera y te lo clave un semiprofesional en “tu poste”, como pasó con Jonathan Orozco el domingo, les puede costar la eliminación.
Martino
estaba furioso con el arbitraje —con toda la razón—, pero también debe estarlo con futbolistas que no entienden que no sólo se ganan los partidos saliendo al campo, se deben trabajar a fondo. Si bien, no dio sensación de que la Selección pudiera perder contra los dos pasados rivales, sí enseñó carencias primarias de un equipo de futbol. Ese es el verdadero trabajo del Tata: cambiar el chip y encarar a este tipo de rivales como si fueran potencias, sin relajamiento, sin soberbia.
Días de tranquilidad en Charlotte , pero de intensa carga mental para desviar la confianza de la actitud de los futbolistas mexicanos . Martino sabe que Costa Rica herida no es nada simple, aunque con la precariedad que ha mostrado, la Selección Mexicana debería derrotarla sin contratiempos; eso sí, sin excesos de confianza.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx