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Cerrar la Liga MX a un número determinado de equipos, ya sean 20 o 22, sin ascensos ni descensos debería ser el objetivo de los directivos del futbol mexicano.
Un modelo similar a lo que existe en las distintas ligas en Estados Unidos o bien a lo que se hizo en la Liga Premier de Inglaterra cuando inició bajo ese nombre, aboliendo el descenso para fortalecer su Liga durante tres años.
Esta medida evitaría que exista un verdadero interés en los equipos de la Liga de Ascenso en mejorar su infraestructura, que inviertan o mejor desaparezcan, ya que en la actualidad son pocos los que lo hacen. Es más, es una burla que cuando Lobos BUAP pagó la multa de 120 millones de pesos para mantenerse en la Primera División , del cual Tapachula recibió la mitad de esa cantidad para mejoramiento de sus instalaciones y para armar categorías Sub 20, 17, 15, 13, éstos últimos decidan mudarse a Tuxtla Gutiérrez para jugar ahí los próximos torneos.
El ascenso del San Luis es distinto, ahí sí hay una directiva sólida, solvente y con un verdadero proyecto, algo similar a Dorados, que al ser de grupo Caliente, no tiene problema alguno para ser equipo de Primera División . Deberían estar ambos en la Liga MX y sumar las franquicias necesarias para cerrar la Liga a un número determinado de equipos, conformando un modelo de seguridad y certeza económica para quienes invierten dinero en el futbol. Y en unos años más, cuando realmente exista en la Segunda División equipos con la formalidad requerida, volver a abrir la máxima categoría. Hoy es ocioso y confuso que se mantenga.
Recordando lo dicho en junio pasado por el presidente de la Liga, Enrique Bonill a: “En caso de que el club de Ascenso MX sea no certificado, el de la Liga MX que descendió tendrá la opción de mantenerse aportando 120 millones de pesos. En caso de que el club que descienda no esté interesado o ponga en riesgo su estabilidad financiera, el certificado de afiliación quedará depositado y el importe de 120 millones será aportado por el resto de los 17 equipos”.
Pero lo que hay que leer entre líneas es: “ Si el equipo que desciende no tiene capacidad, no quedamos con 17. Si el de Ascenso no está certificado, nos quedaríamos con 17 en la Liga y seguiríamos el proceso durante el tiempo que sea necesario para llegar a 20 clubes en la Liga MX. Buscamos los 20 clubes como los hay en las grandes ligas del mundo ”.
Es decir, por más candados que han puesto no han evitado que exista ascenso y el descenso está extremadamente confuso, una cosa dice el reglamento y otra la realidad en el caso de los Tiburones Rojos. Entonces, para evitar estas cosas buenas que parecen malas pero sobre todo evitar la gigantesca diferencia entre la inversión en Primera y Segunda División, debe ser abolido. Además de que ayudaría a fortalecer a los dueños a sus inversiones y podrían formar mejores y más competitivos planteles, al fin no existe el riesgo de perderlo todo al descender.
El negro espectáculo de un equipo descendido desde que empezó el torneo, terminando en cero puntos, avergonzando a su Liga , debe erradicarse, y para eso, o se pone un alto o bien cambian absolutamente todo, porque está muy claro que por cuestiones de cociente es mejor descender, limpiarse los números, pagar 120 millones y regresar a la Primera División sin dificultades porcentuales.