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Detenerse y observar. El Mundial de Rusia 2018 y el inicio inmediato de la Liga MX no nos permitió profundizar en la alarmante fuga de talentos en el futbol mexicano.
Jugadores de alto cartel que no tuvieron reemplazos de la misma categoría en sus equipos, de hecho, da la impresión que al no existir descenso, sino solamente pagar una multa, los presupuestos se redujeron. Después de una Copa del Mundo para una liga económicamente poderosa se supondría que intentarían traer futbolistas de alta calidad, no los del mercado europeo que son inalcanzables, pero sí sudamericanos o europeos veteranos que encontraran en la Liga MX un lugar para seguir desarrollándose.
Por partes. El peruano Raúl Ruidíaz emigró a la MLS, lo contrató el Seattle Sounders y de inmediato lució en uno de los principales equipos de esa liga. Monarcas contrató para suplirlo a un joven paraguayo de 20 años, Carlos Sebastián Ferreira, quien ya anotó dos goles en la Copa MX y uno en la Liga contra Veracruz. Una diferencia abismal entre los carteles de uno y otro. También trajeron a Carlos Fierro, la eterna promesa de México, aunque ya está por cumplir 25 años.
Nicolás Castillo se fue al Benfica, el referente ofensivo de los Pumas de los últimos torneos, 25 goles en tres torneos. Liberan a un jugador caro y se van al mercado local para traer al chileno Felipe Mora, ex Cruz Azul y al paraguayo Carlos González, ex Necaxa. Es decir, ninguna cara nueva. Marcelo Díaz también se fue. Con su salida han logrado adelgazar la nómina.
El caso del campeón es el más llamativo. Tres jugadores de capacidad demostrada, enraizados, y pilares de los éxitos actuales ya no están. Djaniny Tavares, quien llegó como un ilustre desconocido de Cabo Verde, se convirtió en su referente ofensivo durante ocho torneos, en los que anotó 42 goles. Otra sensible baja fue la de Carlos Izquierdoz para irse al Boca Juniors. Un defensor que durante cuatro años y medio siempre fue competitivo al igual que Néstor Araujo, quien emigró a Europa. Para suplirlos, repatriaron a Eduardo Herrera del Celtic de Escocia y al defensor argentino Hugo Nervo.
En fin, pocas contrataciones para el Apertura 2018. Pero más allá del número, fue la calidad, jugadores en la mayoría de los casos sin el cartel que necesita la Liga para seguir trascendiendo y buscando un posicionamiento en mercados fuera del país.
Ya no es tiempo de ver caras como la de Gignac, Enner Valencia, Carlos Sánchez, Egidio Arévalo, Edwin Cardona, Mateus Uribe, Eduardo Vargas, Pedro Gallese, Jérémy Menez, Walter Gargano... futbolistas que han jugado Mundiales, que fueron referentes en sus selecciones. Hoy, no hay candados, puede venir quien sea, ilustres desconocidos que no merecerían estar en una liga que busca calidad y desarrollo.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx
Jugadores de alto cartel que no tuvieron reemplazos de la misma categoría en sus equipos, de hecho, da la impresión que al no existir descenso, sino solamente pagar una multa, los presupuestos se redujeron. Después de una Copa del Mundo para una liga económicamente poderosa se supondría que intentarían traer futbolistas de alta calidad, no los del mercado europeo que son inalcanzables, pero sí sudamericanos o europeos veteranos que encontraran en la Liga MX un lugar para seguir desarrollándose.
Por partes. El peruano Raúl Ruidíaz emigró a la MLS, lo contrató el Seattle Sounders y de inmediato lució en uno de los principales equipos de esa liga. Monarcas contrató para suplirlo a un joven paraguayo de 20 años, Carlos Sebastián Ferreira, quien ya anotó dos goles en la Copa MX y uno en la Liga contra Veracruz. Una diferencia abismal entre los carteles de uno y otro. También trajeron a Carlos Fierro, la eterna promesa de México, aunque ya está por cumplir 25 años.
Nicolás Castillo se fue al Benfica, el referente ofensivo de los Pumas de los últimos torneos, 25 goles en tres torneos. Liberan a un jugador caro y se van al mercado local para traer al chileno Felipe Mora, ex Cruz Azul y al paraguayo Carlos González, ex Necaxa. Es decir, ninguna cara nueva. Marcelo Díaz también se fue. Con su salida han logrado adelgazar la nómina.
El caso del campeón es el más llamativo. Tres jugadores de capacidad demostrada, enraizados, y pilares de los éxitos actuales ya no están. Djaniny Tavares, quien llegó como un ilustre desconocido de Cabo Verde, se convirtió en su referente ofensivo durante ocho torneos, en los que anotó 42 goles. Otra sensible baja fue la de Carlos Izquierdoz para irse al Boca Juniors. Un defensor que durante cuatro años y medio siempre fue competitivo al igual que Néstor Araujo, quien emigró a Europa. Para suplirlos, repatriaron a Eduardo Herrera del Celtic de Escocia y al defensor argentino Hugo Nervo.
En fin, pocas contrataciones para el Apertura 2018. Pero más allá del número, fue la calidad, jugadores en la mayoría de los casos sin el cartel que necesita la Liga para seguir trascendiendo y buscando un posicionamiento en mercados fuera del país.
Ya no es tiempo de ver caras como la de Gignac, Enner Valencia, Carlos Sánchez, Egidio Arévalo, Edwin Cardona, Mateus Uribe, Eduardo Vargas, Pedro Gallese, Jérémy Menez, Walter Gargano... futbolistas que han jugado Mundiales, que fueron referentes en sus selecciones. Hoy, no hay candados, puede venir quien sea, ilustres desconocidos que no merecerían estar en una liga que busca calidad y desarrollo.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx