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El deporte no es ajeno a la realidad, aunque muchas ocasiones sirve como un distractor, un difusor de las tensiones del día a día; esta semana, fungió y mutó en algo más, mucho más relevante y significativo para todos.
El 19 de septiembre es una fecha que recordaremos. Los que experimentaron el terror y desconcierto de 1985 y nosotros, los que en nuestro colectivo, no teníamos ni idea de esta realidad, cruda, fuerte y llena de sentimientos encontrados. Felicidad para muchos que pueden contarla y cuya vida sólo se interrumpió unos segundos; para otros el día que todo cambió.
Comenzaba diciendo que el deporte no es ajeno y las muestras de apoyo, de solidaridad, de voces en diferentes partes del mundo se han hecho presentes. La NFL ha mostrado su cara más humana, dejando entrever su mano más cerca que nunca, las distancias ahora son relativas. Comenzando por muestras de apoyo de equipos como Nueva Inglaterra, Dallas, Pittsburgh, Arizona entre muchos otros.
O el futbol que sirvió como vehículo, como medio para fomentar la participación, para mandar mensajes de apoyo; el Real Madrid con Karim Benzema y Emilio Butragueño , o el Cholo Simeone , Carlos Vela , Miguel Layún y Javier Hernández . La NBA, MLB, UFC, Consejo Mundial de Lucha Libre, por mencionar algunos.
Pánico e incertidumbre, son momentos que quedarán grabados en el colectivo de las zonas afectadas y que estoy seguro sacan lo mejor de nosotros. Calles llenas de contrastes, por un lado la destrucción y desolación, por otro el destello de jóvenes llenos de esperanza.
La calle es de nosotros, los jóvenes que no teníamos idea de lo que era un desastre de esta índole, ni de cómo ayudar y menos cómo ser útil, aún así, inundamos las calles, usamos nuestras fortalezas, las redes sociales, aprendimos sobre la marcha, y ayudamos.
Nunca había experimentado este nacionalismo, estas muestra de unión y cohesión en una época en la que, hay que ser honestos, no había certezas, sólo desconfianza, un absoluto grado de individualidad.
Jamás había visto a un país unido y gracias a esta tragedia he sido capaz de sentirme identificado, decir soy de México y ese es mi súper poder... nos caímos pero nos volveremos a levantar. Cadenas humanas con un solo objetivo en mente, ayudar sin importar a quién; la tragedia nos marcó, mas no nos detuvo.
Por cierto, hoy arranca la serie internacional entre Jacksonville y Baltimore en Londres, pero eso pasa a segundo plano. Gracias a todos los héroes que brindaron su apoyo incondicional, a levantar y dar una mano, ellos son de quienes tenemos que hablar siempre.
Ahora tengo algo en común con la generación de mis padres: a pesar de los claroscuros, de que la tierra se cimbre en un país de águilas, siempre levantaremos de nueva cuenta nuestro vuelo.