Nunca pensé que alguna vez acercaría las canciones del musical de Broadway West Side Story y la filología de Leo Spitzer. En mi experiencia, hasta hace unos días, no podían estar más alejados; es lógico: de un lado, el entretenimiento, del otro un quehacer más elevado, incomparable e inconmensurable con el otro. West Side Story dio origen a una película que vi ávidamente cuatro o cinco veces en mi adolescencia y que ahora me resulta una antigualla apenas soportable; en cambio, la riqueza intelectual y la sabiduría de Spitzer son a joy forever. Pues bien: ahora junto esas dos entidades, y lo hago a propósito de uno de los acontecimientos más tristes de la temporada: el huracán “María”, que ha dejado a Puerto Rico sumido en la desesperación y la angustia.
Sucede que el talentoso Lin-Manuel Miranda, uno de los hombres más simpáticos de la galaxia, decidió ayudar a sus paisanos boricuas y para ello compuso una hermosa canción, llena de ritmo y capaz de competir, por su atractivo, con la celebérrima “Despacito”. No conforme con ello, convocó a un puñado de celebridades (Rubén Blades, el mismo Luis Fonsi, Jennifer López, Gloria Estefan, Juan Luis Guerra, Marc Anthony, etc.) para que lo ayudaran a grabar la composición; todos aceptaron y allí está ahora la canción, circulando por todos lados. Las ganancias que recaude serán para apoyar a las víctimas de “María”.
El título de la canción proviene de West Side Story: “Almost Like Praying”, pues para el Romeo del musical el sólo pronunciar el nombre de su amada María (la Julieta de esta rehechura shakespereana) es “como decir una plegaria”. En el terreno de las plegarias, los rezos a la virgen María suelen incluir una retahíla de atributos: una enumeración, de las estudiadas por Leo Spitzer en un ensayo que siempre releo con provecho y que se titula “La enumeración caótica en la poesía moderna”. Pero lo importante es lo que sucede con la letra de la canción de Lin-Manuel Miranda. Decidió hacerle un homenaje totalmente explícito a la isla y en su canción enumera los nombres de los 78 pueblos o municipalidades de Puerto Rico. El resultado es formidable: una canción de ritmo tremendo, con una serie de nombres llamativos (Arecibo, Ponce, Vieques, San Juan…) y una causa que puede resumirse en estas palabras, con las que debemos reconocer lo que han hecho estos artistas, encabezados por Lin-Manuel Miranda: solidaridad de la buena.
Hace muchos años me tocó estar en Puerto Rico, en San Juan, durante el huracán “Hugo”. Fue una experiencia terrorífica. El huracán “María” de 2017 fue mucho peor. Solamente un corazón devastado por la vileza pudo decirles a los puertorriqueños que lo suyo no era una “verdadera catástrofe, como el huracán Katrina”. En el extremo opuesto de esa estupidez está la belleza de “Almost Like Praying”, la canción de Lin-Manuel Miranda con sus 78 nombres de pueblos isleños.