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Si hay un equipo que cumple con todas las contradicciones posibles en el mundo, ese es el Manchester United. La temporada de los Red Devils no ha podido ser más exasperante para sus aficionados.
A decir verdad, la trayectoria del equipo mancuniano lleva mucho tiempo siendo un quebradero de cabeza para sus aficionados. El 19 de mayo de 2013 queda lejos; sin embargo, el club sigue mirando lacónico aquel día, el día que se quedó huérfano tras la marcha de Sir Alex Ferguson.
Ni Moyes, ni Van Gaal, ni Mourinho
lograron devolver el lustre al escudo presidido por el diablo rojo. Un equipo acostumbrado a ganar, que se ve sin proyecto claro y, por si fuera poco, a la sombra de su rival ciudadano. Vivir bajo la hegemonía del Manchester City hace más dolorosa, si cabe, la travesía en el desierto.
Porque el principal problema del equipo que vio jugar a George Best es ese, no hay un proyecto claro. ¿Se van a fichar jugadores que hagan un equipo campeón?, ¿se optará por un proyecto a largo plazo con futbolistas jóvenes? Una espesa niebla envuelve el entorno de Old Trafford. Hasta el momento, no hay pistas en forma de rumores que apunten hacia una de las dos direcciones, aunque las declaraciones de Pogba sobre su futuro no invitan al optimismo.
El técnico que llegó como un bombero y consiguió la oportunidad de comenzar su propio proyecto, Ole Gunnar Solskjaer, dejó claro —al término de la pasada campaña— que era imposible optar a pelear por la Premier League .
Unas declaraciones que, en mi opinión, no estuvieron a la altura de un club al que el noruego, además, conoce como la palma de su mano.
El encargado de guardar la caja de caudales, Ed Woodward, tendrá mucho qué decir al respecto. Bajo el mandato de Mourinho , se gastaron más de 300 millones de euros (seis mil 498 millones 165 mil 900 pesos), para no obtener —ni de lejos— el rédito deseado.
El último año del portugués en el banquillo, Woodward cerró el grifo y el resto es historia.
Ahora veremos, si en estos meses de mercado, Woodward confía en Solskjaer, abre de nuevo la presa para que las libras esterlinas vuelvan a fluir y conformar así un plantel de garantías o si, por el contrario, se opta por un plan a más largo plazo.
Sea lo que sea, el United debe mirarse al espejo y ser realista con su situación. Si opta por atacar a los grandes, debe hacerlo con todas las consecuencias. Si, por el contrario, prefiere mirar más allá en el tiempo, también debe asumir las consecuencias.
Lo que sea, pero un proyecto claro. Este verano —definitivamente— puede marcar el devenir durante muchos años en Old Trafford . No valen las medias tintas, ya no hay margen para el error.
@AitorAlexandre
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