De Alehesa Romero
 



El presidente Enrique Peña Nieto en su oficina se encontraba
Revisando los eventos a los cuales se le invitaba.
La huesuda se le apareció
Por el susto, el presidente gritó.

¡Su hora ha llegado Presidente!
Esto es algo que debe tener presente,
conmigo se va a ir
Y de esta no va a poder huir.

Si no queda de otra aceptaré,
pero despedirme de mi familia pediré.
La muerte acepto su condición
para así poder cumplir su misión.

Te daré un minuto exactamente...
No, menos como cinco. Rió la muerte irónicamente.
Peña Nieto sonrió aliviado
y con la muerte se fue carcajeando.

 

Google News

Noticias según tus intereses