Expresidentes de la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería consideraron un “hecho inaceptable” que la Biotecnología quedara fuera como área de conocimiento en el nuevo reglamento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), por lo que pidieron al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ( Conacyt ) que la restituya.
A través de una carta dirigida a María Elena Álvarez-Buylla, los expresidente también solicitaron “enérgicamente” que las prioridades científicas y de investigación de México sean objeto de “cuidadoso análisis en el que participe toda la comunidad científica del país”.
La eliminación de la Biotecnología como área del conocimiento en el nuevo reglamento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 21 de septiembre de 2020.
En el reglamento se dejó fuera de las áreas el campo de biotecnología, que antes se había mantenido junto con ciencias agropecuarias.
“Los expresidentes de la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, A. C., demandamos que la Biotecnología sea restituida como un área dentro del Sistema Nacional de Investigadores, asimismo, solicitamos enérgicamente que las prioridades científicas y de investigación de México sean objeto de cuidadoso análisis en el que participe toda la comunidad científica del país”, dijeron en su carta.
Los firmantes rechazaron la desaparición de la biotecnología dentro de las áreas del conocimiento evaluadas por el SNI, sobre todo porque es un campo del conocimiento que “ha impulsado, impulsa e impulsará” cambios revolucionarios en este siglo, con fuertes implicaciones en muchos sectores estratégicos como el energético, el ambiental y la salud.
“La biotecnología tiene raíces históricas inmersas en prácticamente todas las civilizaciones y, contrario a creencias populares sin sustento, no se restringe a la ingeniería genética, la cual es solamente una de sus herramientas más recientes y poderosas”, indicaron.
Agregaron que actualmente existen más de 9 mil profesionales activos en biotecnología en México, lo que representa una tercera parte de la investigación nacional y que desde hace 38 años se creó la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería.
“Destacamos que durante la actual pandemia, la biotecnología está jugando un papel fundamental en la caracterización genómica de los virus circulantes en México, así como en el desarrollo de vacunas, pruebas de diagnóstico y agentes terapéuticos. La vacuna contra el SARS-CoV-2 será, sin duda alguna, un logro de la biotecnología moderna”.
Agregaron que la biotecnología es de suma importancia porque actualmente en el país se ofrecen 614 programas de estudio a nivel licenciatura que tienen un enfoque en esa área, así como 320 posgrados dispersos por todo el territorio nacional con una matrícula superior a los 7 mil inscritos, los cuales alimentan no solo a la investigación, sino a cerca de 500 empresas biotecnológicas con sede en México.
De las mencionadas, dijeron, 33% se encuentran en el segmento de la salud, 19% en el de la industria en general, 14% en el sector de alimentos, 13% en el del medio ambiente y el resto en otras áreas igual de importantes para el desarrollo nacional: “Sin duda, la juventud mexicana encuentra en la biotecnología un área atractiva para su desarrollo profesional”.
Los firmantes son el consultor independiente Armando Cahue López; Mayra de la Torre Martínez, del Centro de Investigación y Desarrollo en Agrobiotecnología Alimentaria; Amelia Farrés González Sarabia, de la Facultad de Química; Enrique Galindo Fentanes, del Instituto de Biotecnología; Mariano García Garibay, de la Universidad Autónoma Metropolitana- Lerma; Gustavo Fidel Gutiérrez López, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, y Alfredo Martínez Jiménez, del Instituto de Biotecnología.
También firmaron Adalberto Noyola Robles, del Instituto de Ingeniería; Carlos Regalado González, de la Universidad Autónoma de Querétaro; Sergio Sánchez Esquivel, del Instituto de Investigaciones Biomédicas; Gerardo Saucedo Castañeda, de la Universidad Autónoma Metropolitana- Iztapalapa; María Luisa Villarreal Ortega, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, y Gustavo Viniegra González, de la Universidad Autónoma Metropolitana- Iztapalapa.
lsm