"El ébola ya no es sinónimo de muerte", dijo esta semana Jean-Jacques Muyembe , el coordinador de la respuesta al brote del virus que azota el noreste de la República Democrática del Congo (RDC). Dos tratamientos han demostrado tener gran eficacia, pero ¿significa eso que el ébola tenga cura?
Un comité independiente reveló esta semana que dos tratamientos que se estuvieron usando en la epidemia de las provincias congoleñas de Kivu del Norte e Ituri - que deja ya mil 905 muertos en 2 mil 842 casos - muestran muchas probabilidades de sanar a los enfermos.
Este hallazgo, que no implica que haya una cura al 100 %, es muy positivo y "muy prometedor", según expertos médicos, e incluso Muyembe lo calificó en una reciente entrevista de "la mejor noticia del año", pero solo funciona si se suministra en los primeros días y no significa que vaya a acabar con la enfermedad. Para eso hacen falta muchos más esfuerzos.
El estudio realizado se llama Pamoja Tulinde Maisha ("Juntos salvamos vidas", en suajili) y comenzó a finales de noviembre de 2018 en la RDC. Pretendía comprobar la efectividad de 4 agentes moleculares contra el ébola y en él participaron 700 pacientes congoleños que se contagiaron este año.
El 9 de agosto, un comité independiente revisó el estudio y recomendó pararlo y usar solo dos de estos agentes, el REGN-EB3 y el mAB114 . Esto fue porque, de 499 participantes, los que habían recibido uno de estos dos tratamientos tenían "muchas más probabilidades de supervivencia" que los otros.
"Los resultados preliminares muestran que en pacientes que llegan pronto a los centros de tratamiento -y esto es importante- y reciben estos dos tratamientos, sus probabilidades de supervivencia pueden llegar al 90%", explica a Efe la doctora Janet Díaz, líder del equipo de gestión clínica y emergencias sanitarias en RDC de la Organización Mundial de la Salud (OMS) .
El resultado es preliminar y no se espera el definitivo hasta septiembre. El estudio lo impulsan y financian un centro de investigación congoleño, que dirige Muyembe, y uno estadounidense, lo lleva a cabo la OMS y lo supervisan tres organizaciones humanitarias médicas internacionales.
Ambas son anticuerpos monoclonales que se unen a las proteínas del virus para neutralizarlo y se administran por vía intravenosa en suero en una sola dosis.
El mAB114 se empezó a desarrollar en los laboratorios del Instituto Nacional estadounidense de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), a partir de anticuerpos generados por un superviviente de ébola en 1995. El REGN-EB3 es una mezcla de tres anticuerpos desarrollado por la farmacéutica estadounidense Regeneron.
En una entrevista con la BBC, Muyembe, que fue el que desarrolló la idea para el mAB114, dijo que "en una hora empiezan a desaparecer los síntomas".
Desde la OMS, la doctora señala que no hay una mejora inmediata, sino en los siguientes días.
El experto en ébola de Médicos Sin Fronteras (MSF) Luis Encinas, que estuvo presente en los primeros días que se empezaron a emplear estos tratamientos, asegura que los efectos del tratamiento cuando se suministra rápido sí son "de un impacto visual muy rápido".
La media de supervivencia en los brotes de ébola, según la OMS, ha sido del 50%.
"Si no te tomas nada o si llegas más o menos tarde (a un centro de tratamiento) tienes una posibilidad sobre dos de sobrevivir", explica Encinas.
En el primer brote de ébola que hubo en el mundo, en 1976 en Yambuku en el norte de la RDC, hubo 318 casos y 280 muertes. Así que incluso hace más de 40 años, cuando no se conocía siquiera la enfermedad, hubo gente que se curó.
En el actual brote ha habido 842 supervivientes.
Estas personas que logran pasar la enfermedad son, de hecho, realmente útiles en labores de sensibilización y cuidado de pacientes, sobre todo de niños que se ven alejados de sus padres.
No del todo. Los dos tratamientos son realmente eficaces si se suministran en los primeros tres días de síntomas, que suelen ser fiebre, dolor de cabeza y fatiga, antes de que aparezcan los más graves como la diarrea o la deshidratación.
Además, como incide la doctora Díaz, "combatir un brote de ébola va mucho más allá que los tratamientos terapéuticos".
Esto quiere decir que ahora se sabe que hay una vacuna que ayuda a inmunizar contra el virus y dos tratamientos que tienen muchas probabilidades de curar si se suministran rápido, pero para erradicar la epidemia hay que hacer otras actividades sociosanitarias y sociológicas de prevención, concienciación y de seguimiento.
Asimismo, "puedes tener el mejor tratamiento posible", recuerda Encinas, pero siempre puede haber barreras que impidan a la población llegar a él: que esté lejos, que haya problemas de seguridad -como en este brote-, que no se confíe en quienes lo suministran o muchas otras cuestiones más allá de lo médico.
Se va a seguir usando estos dos medicamentos y todos los seguimientos para que los infectados sean detectados a tiempo y accedan a que se les administren.
Sin embargo, estos tratamientos que están siendo usados de forma gratuita por estar aún bajo ensayo, cuando se publiquen los resultados finales de su efectividad, contarán con una patente y entrará en juego la guerra de precios que hay con cualquier medicamento.
"Si existe (cura), pero son 10 mil dólares el tratamiento, ¿quién se lo va a poder permitir?", cuestiona Encinas.
Y esto juega en contra de los gobiernos de países en desarrollo y con sistemas sanitarios debilitados.
En RDC, incluso aunque el doctor Muyembe estuvo detrás de la idea de usar los anticuerpos de un superviviente, el tratamiento ha sido desarrollados en laboratorios estadounidenses, por lo que la propiedad no va a ser congoleña, según reconocieron al medio local Politico fuentes del ministerio de Sanidad congoleño.
fjb