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En nuestro país, las enfermedades vasculares cerebrales (EVC) representan la cuarta causa de muerte. Expertos reconocen que existe muy poco conocimiento acerca de este padecimiento entre la sociedad, el cual se puede prevenir. Por ello, se puso en marcha la estrategia camaleón , una campaña nacional para crear consciencia al respecto.
“La EVC se divide en dos: en el infarto cerebral isquémico que es cuando un coágulo tapa un vaso sanguíneo. Es el más común, con un 70 u 80% de casos.
“También está el de tipo hemorrágico, que es un derrame cerebral a causa de la ruptura de un vaso. Éste se presenta en el 20 o 30% de los casos”, indica el doctor Ángel Antonio Arauz Góngora, profesor de Neurología, de la Facultad de Medicina de la Universidad La Salle.
Detalla que esta enfermedad genera graves secuelas neurológicas , porque daña miles de neuronas y las consecuencias pueden ser irreversibles como la discapacidad o, incluso, la muerte.
Quienes son más susceptibles a padecerla son los mayores. “Tan es así que resulta la primera causa de discapacidad en adultos, pues los sobrevivientes tendrán que depender de sus familiares”.
Salva tu vida
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) , cada año 15 millones de personas en el planeta lidian con algún tipo de EVC. De ellas, cinco millones fallecen y otras cinco millones presentan algún tipo de discapacidad.
Los obesos, diabéticos, hipertensos, fumadores y quienes tienen el colesterol elevado son los más propensos a padecer un infarto cerebral. La buena noticia es que las enfermedades vasculares cerebrales se pueden prevenir.
Los síntomas detectados con mayor frecuencia son pérdida de fuerza en manos o brazos, así como debilidad en el rostro, problemas para hablar o que se traben las palabras. Estos episodios pueden durar menos de una hora y, la mayoría de las veces, la gente los confunde con adormecimiento de ciertas partes del cuerpo.
“Lo ideal es que la persona, después de presentar estos síntomas, acuda al hospital, a emergencias, y que le explique al médico lo que pasó, pues aquellos que lo padecieron tienen un alto riesgo de infarto en las próximas dos semanas.
Lamentablemente, cuando la persona se siente mejor después del malestar, ya no acude al médico a un chequeo. Eso es lo que hace falta, mayor consciencia.
“Cuando el paciente empieza con síntomas y sufre el infarto cerebral, es crucial que reciba la asistencia idónea en no más de cuatro horas y media. Eso hará la diferencia, tanto de salvar la vida como evitar menos consecuencias negativas. Recordemos que más de la mitad de los sobrevivientes vivirán con alguna discapacidad”, agrega Arauz Góngora.
Estrategia camaleón
A partir de esto, se vio la necesidad de dar respuesta a la falta de políticas públicas para prevenir y tratar las enfermedades vasculares cerebrales, a través de estrategia camaleón. Los interesados pueden entrar a: www.infartocerebral.com.mx y conocer qué hospital es el más cercano a su hogar o trabajo y, sobre todo, cuáles son aptos para tratar esta enfermedad.
“Nuestro país lidera la lista de naciones con mayor obesidad en niños y adultos. Para 2050, gran parte de la población pertenecerá al sector de la tercera edad. Por ello, es urgente crear consciencia y prevenir este padecimiento”, recalca el doctor Jesús Daniel López Tapia.
Y es que aquellos que sobrevivieron a un derrame o infarto cerebral necesitarán rehabilitación a largo plazo. Por ende, este mal no solo afecta el estado emocional del paciente y de su familia.
“También pega en su economía. Por ejemplo, una persona que padece EVC tendrá que pagar un tratamiento con gastos superiores a los 630 mil pesos anuales, aproximadamente”, alerta López Tapia, actual presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias.
jpe