Experimentar acontecimientos traumáticos , como los desastres naturales, puede afectarnos gravemente de manera psicológica, provocando problemas de sueño, un estado de alerta permanente o flashbacks del acontecimiento, alterando nuestra vida cotidiana e incidiendo en nuestra salud física y mental.

Muchas personas no reconocen el tener estos problemas, lo cual es riesgoso, pues si no se tratan a tiempo pueden desarrollar un estado de estrés postraumático que puede durar hasta 20 años. Ansiedad, depresión, adicciones y alteraciones inmunológicas son las manifestaciones de este trastorno .

Para ayudar a su detección y tratamiento, el doctor Benjamín Domínguez Trejo, de la Facultad de Psicología de la UNAM y su grupo de investigación, en colaboración con integrantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desarrollaron un escáner facial portátil que ayuda a detectar bioindicadores de temperatura.

Este escáner es 100% mexicano; sirve para evaluar los cambios de la temperatura facial que reflejan el aumento o disminución de la actividad simpática.

Durante el análisis, se aplica previamente al paciente un ejercicio de relajación de 2 minutos, luego se le acerca el scanner al rostro con el fin de identificar si es capaz de elevar su temperatura, lo cual revela su capacidad para adecuarse óptimamente a situaciones de estrés.

Un paciente sano elevará su temperatura facial sin problemas, mientras que una persona que no está en condiciones óptimas no podrá lograrlo.

El dispositivo funciona como un método no invasivo, sin alterar la condición de relajación inicial del paciente; sólo se requiere de 5 minutos de aclimatación a la habitación donde se realiza el estudio y la disposición del paciente para relajarse.

Detección de población vulnerable

Las pruebas con este dispositivo en distintas poblaciones mexicanas revelaron que el 70% de quienes se sometieron al estudio fue capaz de regular su temperatura en situaciones de crisis, lo que significa que pueden manejar bien su estado emocional, por lo que no son propensos a presentar algún grado de estrés postraumático.

Sin embargo, cerca del 30% de la población estudiada no es capaz regular sus cambios de temperatura facial a través de la relajación, lo que indica que son más propensos a sufrir algún grado de estrés con posibilidad de afectar su salud física y capacidad de adaptación.

Así una vez identificados los individuos con mayor vulnerabilidad al estrés postraumático, los psicólogos podrán brindarles apoyo para reincorporarse a su vida cotidiana sin ningún trastorno posterior.

Los aportes de los científicos en la psicología, la psiquiatría y otras disciplinas desfilarán en la 5ª. Fiesta de las Ciencias y las Humanidades , donde investigadores estarán cerca de ti. 1 y 2 de diciembre. Consulta las sedes en www.dgdc.unam.mx/lafiesta

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

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