La visión del paisaje lunar es cada vez más nítida. Llanuras de lava toman forma entre una infinita gama de grises para dar vida al Mare Imbrium en las escarpadas Tierras Altas del Sur. Los cráteres dominan el terreno donde sobresale Copérnico. El cráter (alcanza los 3 mil 800 metros) y se destaca en el borde izquierdo del mosaico de fotografías de la Luna tomadas con L’LORRI (Lucy Long Range Reconnaissance Imager), la cámara de alta resolución de Lucy, la primera misión en explorar los asteroides troyanos de Júpiter.
Las fotos muestran con sorprendente claridad una franja de terreno lunar de unos mil kilómetros de ancho, dominada por la antigua cuenca de impacto llena de lava del Mare Imbrium. Los mares cubren 16% de la superficie lunar. Los montes Apeninos, parte del borde de la cuenca Imbrium, y que fueron el lugar de aterrizaje de la misión Apolo 15 en 1971, dominan la parte inferior derecha de la imagen. Lucy estaba a 230 mil kilómetros de la Luna cuando se tomó la fotografía de gran nitidez donde cada pixel representa cerca de un kilómetro.
Las imágenes quitan el aliento. La imaginación se enciende y los ojos del mundo tienen acceso mediante “el click” de una computadora a las miles de fotografías que se han tomado de nuestro satélite desde los años 70 cuando inició la obsesión lunar. Frente a un televisor, más de 600 millones de personas alrededor del mundo presenciaron la llegada del hombre a la Luna, pero en la actualidad alrededor de 5 mil millones de personas con acceso a internet pueden observar la detallada geología de la Luna casi en tiempo real con la infinidad de imágenes y videos que se generan de forma cotidiana.
Leer también: La superficie de la Luna es 200 millones de años más antigua
En los cuernos de la Luna
El próximo 20 de julio se celebra el Día Internacional de la Luna. La ONU eligió ese día por la celebración del legendario primer contacto con este satélite a través de la Misión Apolo 11 en 1969. Estudiar a la Luna a la distancia, e incluso, mandar de nuevo a los humanos hasta ella, requiere el desarrollo de tecnologías avanzadas. Cada objetivo en pos del satélite celebra la ciencia y beneficia diversas misiones de exploración espacial, así como aplicaciones en la Tierra.
Por ejemplo, Lucy será la primera misión en explorar los asteroides de Júpiter, una población de cuerpos celestes que preceden y siguen al planeta en su órbita alrededor del Sol. El equipo de Lucy utilizará el registro de cráteres en estos asteroides para comprender mejor la historia de nuestro Sistema Solar. Al comparar estas imágenes lunares con las tomadas por otras naves espaciales, como el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA, el equipo obtendrá más información sobre la capacidad de Lucy para detectar pequeños cráteres y, por lo tanto, estará mejor preparado para interpretar los datos recopilados de las desconocidas superficies de los asteroides troyanos.
Desde el comienzo de la era espacial, las Naciones Unidas reconocieron que el espacio ultraterrestre agregó una nueva dimensión a la existencia de la humanidad. Reconoció el interés de todo el mundo en el proceso de exploración y utilización del espacio ultraterrestre, pero también entendió que es vital subrayar este proceso científico como un proceso con fines pacíficos, que puedan responder preguntas sobre cómo el espacio exterior puede beneficiar a toda la humanidad, más allá de sólo dar beneficios a particulares. Esa sería la idea central del por qué hace un par de años decidieron dedicarle un día a la Luna.
Neil Armstrong y Edwin Aldrin fueron los primeros seres humanos en caminar sobre la superficie lunar, al sur del Mar de la Tranquilidad, un área de 873 kilómetros, cuyo nombre fue otorgado en 1651 por astrónomos jesuitas. Los astronautas iniciaron la exploración de la Luna, efectuando un recorrido de dos horas. Recogieron 22 kilogramos de muestras de suelo y rocas lunares, e instalaron un reflector láser e instrumental científico para detección de sismos y partículas solares.
El aterrizaje de la primera misión de seres humanos en la Luna en 1969 abrió una nueva historia de exploración espacial que no ha cesado a pesar de que los humanos llevan décadas sin pisar suelo lunar. Han viajado 24 seres humanos a la Luna, tres de ellos fueron dos veces y 12 caminaron sobre su superficie. Todos quieren un trozo de Luna.
La misión Artemisa II, planeada para 2024, es parte del ambicioso proyecto lunar de la NASA y será el primer vuelo tripulado del programa. Implicará el envío de la cápsula Orion en el cohete SLS, el más veloz del mundo (probado con éxito recientemente). Se tratará de una misión de sobrevuelo, previo al aterrizaje de humanos: la primera mujer y el primer afroamericano viajarán a la superficie lunar en 2025.
Lunáticos
La Luna está en los sueños y ambiciones de todos. China desarrolla un cohete de nueva generación, el Long March 10, y planea llevar astronautas a la Luna antes de que finalice la década; mientras que Japón alza la bandera de LUPEX (Lunar Polar Exploration Mission), una iniciativa de investigación que comparte con la India en el polo sur lunar. India no se rinde: acaba de lanzar a Chandrayaan-3, que sigue los pasos de dos misiones previas: la exitosa Chandrayaan-1 de 2008 y el intento fallido de 2019.
Los beneficios de la investigación lunar en nuestra vida cotidiana se multiplican. Gran parte de los estudios científicos que se llevarán a cabo en esta nueva etapa de estudios se realizarán en la estación espacial Gateway que orbitará la Luna. La pequeña estación incluirá puertos de acoplamiento para una variedad de naves espaciales visitantes. Se prevee su lanzamiento a finales de 2024 con dos módulos, el de propulsión y el de habitación mínima.
Las investigaciones se centrarán en la radiación del Sol y del espacio profundo. Un trío de instrumentos de radiación a bordo del Gateway ayudará a los científicos a comprender mejor el clima espacial producido por el Sol y los rayos cósmicos galácticos del espacio profundo, así como sus efectos en los astronautas, naves espaciales y el hardware del viaje a la Luna y también a Marte, la siguiente meta de exploración espacial después del regreso de los humanos a nuestro satélite.
HERMES (Heliophysics Environmental and Radiation Measurement Experiment Suite), ERSA (European Radiation Sensors Array) e IDA (Internal Dosimeter Array) analizarán el clima como uno de los grandes riesgos para la salud humana y el éxito de las misiones en los viajes más alejados. El clima espacial integra el estudio del flujo continuo de partículas y campos magnéticos, conocido como viento solar; ráfagas de nubes de gas de mien obra les de millones de toneladas, conocidas como eyecciones de masa coronal; y los destellos de luz ultrabrillante de las erupciones solares.
La exposición a partículas cargadas de alta energía puede causar efectos adversos para la salud, como mayor riesgo de cáncer, cambios en las funciones motoras, el comportamiento y degeneración de los tejidos. Además pueden dañar los vehículos y equipos de los astronautas de los que dependen para vivir y viajar de manera segura.
Durante más de 50 años, el Programa de Investigación Humana (HRP, por sus siglas en inglés) de la NASA ha estudiado lo que le sucede al cuerpo humano en el espacio. La estación es un ejemplo del siguiente escalón de los estudios espaciales en nuestra vida cotidiana, pues será un centro de investigaciones científicas para estudiar la salud humana y las ciencias de la vida.
La ciencia generada en el espacio ayuda a diseñar procedimientos, dispositivos y estrategias para mantener a los astronautas seguros durante sus misiones, pero también han servido para desarrollar tecnologías en tierra firme, por ejemplo, para detección de cáncer, como el Sistema de Análisis OncoMate MSI Dx, desarrollado por la empresa Promega que utiliza datos de investigaciones financiadas por la NASA para hallar cambios en el ADN.
Los pasos a la Luna han abonado durante más de 50 años herramientas que potenciarán sus alcances en muchos ámbitos de nuestra vida con la nueva etapa de exploración lunar que ya comenzó.a
Leer también: Superluna de ciervo: Cuándo y cómo disfrutar de la luna llena de julio 2023