El incremento en número y magnitud de los sismos a gran profundidad -más de 20 kilómetros- asociados a la erupción del volcán de la isla canaria de La Palma hace pensar a los científicos que en las próximas horas o días puedan producirse terremotos más intensos y percibidos por la población.
La portavoz científica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), que coordina las actuaciones relacionadas con la erupción, María José Blanco, indicó este jueves, 11 de noviembre, que en las últimas horas se ha incrementado tanto el número como la magnitud de los sismos profundos.
Se trata del mayor repunte desde el inicio de la erupción, el pasado 19 de septiembre.
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El sismo más importante de las últimas horas se registró a las 03.37 horas local con epicentro a 36 kilómetros de profundidad, alcanzó la magnitud cinco y una intensidad IV a V en una escala que mide, de I a XII, los efectos en personas y objetos y en la que IV es "ampliamente observado" y V es "fuerte".
Francisco Prieto, de la dirección técnica del Pevolca, precisó que, pese a esta consolidación del aumento de la sismicidad profunda, la emisión de dióxido de azufre ha remitido a lo largo de esta jornada, con valores que oscilan entre las 13 mil y las 15 mil toneladas diarias.
Aunque sigue tratándose de valores altos, la tendencia a la baja desde las 50 mil toneladas diarias del 23 de septiembre no se ha roto.
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Al respecto, María José Blanco precisó que no hay una explicación científica que unifique todos estos datos y no hay una relación "ni fácil ni evidente", como tampoco hay un modelo que permita establecer un vínculo directo entre la sismicidad y la emisión de gases.
Sí que se ha constatado que cuando hay una serie sísmica a profundidad aumenta la probabilidad de que en las siguientes horas o días se produzca un terremoto percibido como de intensidad V o VI.
La intensidad VI es la calificada como "levemente dañino" y alude a sismos sentidos por la mayoría de la población en interiores y por muchos en el exterior, en los que pueden caer pequeños objetos, romperse vasos o platos y causar algunos daños en edificios.
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Respecto a la evolución de las coladas de lava es "tranquila" en las últimas horas, con el magma discurriendo dentro de los mismos cauces y sin derrames al exterior, salvo en el caso de la ampliación del segundo delta lávico, creado el pasado miércoles por la llegada al mar de uno de los ríos de lava.
De hecho, la playa de Los Guirres, por la que la lava encontró su salida al océano , ha desaparecido bajo el magma, que amenaza con sepultar un local de hostelería que hay en el lugar.
Los científicos han detectado también que se está produciendo un nuevo desbordamiento en la zona del cono que contiene un lago de lava.
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La evolución de las coladas ha cortado carreteras y caminos y ha dejado aisladas numerosas fincas de cultivo. Para permitir a los agricultores llegar a ellas, la armada española ha puesto en marcha este jueves un puente marítimo con lanchas de desembarco.
La columna de gases y cenizas que sale del volcán alcanza los 2 mil 500 metros de altura, pero los vientos de componente este empujan el penacho al oeste y suroeste, lo que favorece tanto las operaciones aéreas como la calidad del aire, que en general se mantiene en niveles buenos o razonablemente buenos.
La lava ocupa ya mil 5 hectáreas, con mil 456 edificaciones afectadas, 290 hectáreas de cultivo arrasadas y 65 kilómetros de carreteras destruidos.
melc