A propósito del Día Internacional de la Mujer, científicas y académicas también hacen una radiografía a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde las mujeres han tenido una presencia amplia.
En entrevista, Julieta Fierro, astrónoma y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua Mexicana; Gabriela Dutrenit, doctora en Economía y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias; Brenda Valderrama, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM; y Valeria Souza, investigadora del Instituto de Ecología, también de la UNAM, reflexionan sobre los pros y contras que ha tenido esta administración en cuestión de perspectiva de género.
Hay más mujeres, pero es superficial
“Un avance en este sexenio es el que tuvo el concepto de paridad de género, ya se habla como algo habitual, ya no como un estado de excepción, es algo que ya ocurre de manera sistemática y por supuesto que tiene su influencia en los procesos electorales”, afirma Valderrama, también especialista en política científica. Esta idea también la comparte Dutrenit.
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Sin embargo, las científicas consideran que este fue un avance apenas superficial, pues en la práctica el haber contado con mujeres como titulares no garantizó un gobierno en el que se respetaran y se velaran los derechos de las mujeres. “Aunque hay mujeres en muchos puestos políticos, no las han dejado actuar. No funcionó, estuvieron atadas de manos”, afirma Julieta Fierro.
Las entrevistadas negaron que el de López Obrador sea un gobierno feminista, como él ha afirmado: “No veo que el gobierno maneje una agenda feminista, porque no hay igualdad de oportunidades para casi nadie”, afirma Souza.
Dutrenit señala que ha habido una actitud agresiva contra las expresiones de las mujeres y sus demandas: “Para la cantidad de mujeres que hubo (en el gabinete), yo habría esperado una actitud más abierta y simpatética con los problemas de las mujeres. Es interesante que haya mujeres en Seguridad (Rosa Icela Rodríguez), no me lleva a decir ‘qué bien que lo han hecho en temas de género’. Hay muchos problemas con el tratamiento de las víctimas, el trato ha sido denigrante y aunque esté en Seguridad una mujer y otra en Gobernación (María Luisa Alcalde), eso no ha mejorado el trato con las madres buscadoras”. Además, aclara que los cambios requieren tiempo y no ocurrirán de un día para otro ni en un sólo gobierno.
Fierro añade que la ausencia de un gobierno feminista se ve reflejado en la salud pública:
“Quienes se ocupan más de los enfermos y las personas mayores, en su mayoría, son las mujeres. Me gustaría que se tomen acciones para que haya cuidados por parte del Estado de los adultos mayores y que haya derecho a la muerte digna, hay mujeres mayores abandonadas en situaciones terribles que tienen que sufrir lentamente y morir en el abandono, es un sadismo innecesario. A mujeres con cáncer de mama se tardan meses en darles cita y cuando las atienden el cáncer ya avanzó”.
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Álvarez-Buylla politizó la ciencia
Pero Valderrama sí vislumbra un elemento positivo. Considera que la representación de las mujeres en grupos de representación académicos ya es un logro, aunque se debe mejorar la selección de puestos directivos que garanticen la paridad de género.
Para Fierro, la gestión de María Elena Álvarez-Buylla en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) fue “malísima” porque propició la “satanización” de los científicos y considera que las mujeres perdieron terreno en la ciencia porque no hubo políticas a su favor.
“¿Por qué no hay más mujeres en la ciencia? Porque no hay escuelas ni guarderías de tiempo completo en las universidades y Centros de Investigación, no hay prolongación de becas para mujeres, que mientras estudian, tienen hijos y necesitan más tiempo; ha aumentado la violencia de las mujeres en las universidades. Es un país muy machista, eso no se quita, la cultura no la podemos cambiar, pero sí podemos cambiar las leyes y hacer que favorezcan a las mujeres. Necesitamos más mujeres en la ciencia”.
Dutrenit señala que bajo la administración de Álvarez-Buylla lo que ocurrió por primera vez es que la ciencia se alineó al partido político en turno. “Ciencia no ha sido un sector tan pegado al partido en el poder. Nunca ha sido un sector muy apoyado, pero lo que sucedió este sexenio es que se politizó la rectoría del sector, o sea Conahcyt, eso no había sucedido antes. Ha sido una gestión que ha discriminado, que ha victimizado. A lo mejor tuvo cosas buenas, pero lo que pasa es que tuvo tantas cosas malas que cuesta trabajo identificar lo bueno. No funciona Conahcyt”.
Igual, Souza coincide en que este sexenio la ciencia se politizó:
“El presidente cree que la ciencia y la cultura son superfluas; él está enfocado en que la gente tiene que comer, y tiene razón, pero destina casi todos a sus tres superproyectos: el aeropuerto, que es una estupidez, el Tren Maya, que es un ecocidio, y la Refinería, que es otra estupidez. No creo que en el ámbito científico México tenga equilibrio con posturas feministas, que una mujer esté a cargo de Conahcyt no es igual a que existan políticas feministas, porque el término refiere a equidad en el poder, el trabajo, en la casa, en los salarios y en los tratos y yo no veo eso”.
Mujeres candidatas, ¿progreso?
En pleno debate de las “corcholatas” de Morena, quien estuvo particularmente activa apoyando a Claudia Sheinbaum fue Julieta Fierro. Hoy, la científica ha tomado otra postura, sus mensajes de respaldo ya no están en sus redes sociales y está escéptica sobre que sea señal de progreso que haya dos mujeres candidatas a la Presidencia.
“A funcionarios públicos de alto nivel que les he preguntado cómo es posible que en un país tan machista haya mujeres candidatas a la Presidencia, todos invariablemente me han contestado ‘es que son manipulables’. ¿Y qué hace el Presidente ahorita? Tratando de avanzar 20 leyes para que él pueda seguir controlando a distancia”, pese a esto sostiene que sí le apuesta a las mujeres.
Valderrama y Souza tienen un indicio de esperanza ante el hecho de votar por una presidenta:
“Sí veo un avance en que una mujer llegue como presidenta de México; ambas, Claudia y Xóchitl, son líderes de familia, personas relacionadas con la ciencia, entonces lo veo como algo positivo”, dice Valderrama. “Tengo muchas esperanzas en Claudia Sheinbaum, espero se sacuda a su jefe actual, hay una agenda pendiente hacia el ambiente y hacia la ciencia, y espero que Claudia las tome como prioridad”, indica Souza.