En los alacranes o escorpiones, los órganos sexuales son clave para diferenciar especies de estos arácnidos y agruparlos en géneros. Aunque también las pinzas, que tienen quillas parecidas a surcos o elevaciones, permiten diferenciarlos, es el espermatóforo lo que distingue de manera más certera, por ejemplo, a los alacranes Centruroides de los Vaejovis.
Durante la danza nupcial, el alacrán macho saca el espermatóforo (estructura tubular que puede presentar distintos ornamentos) y jala a la hembra para introducirlo en su opérculo genital. Éste activa el espermatóforo, el cual dispara un paquete espermático y fecunda a la hembra.
“El espermatóforo nos ayuda a diferenciar entre géneros y especies. Además, debido en gran parte a esta estructura, no se pueden aparear individuos de diferentes especies o al menos es poco probable que lo hagan”, asegura Gerardo Contreras Félix, doctor en Ciencias Biológicas por la UNAM.
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Por vicarianza
Gracias al espermatóforo y otros aspectos morfológicos (la presencia de sedas y glándulas ubicadas en distintas partes del cuerpo), el biólogo descubrió que los alacranes Vaejovis podrían no conformar un solo género, como se ha creído.
Como parte de su tesis doctoral, Contreras Félix estudió las relaciones filogenéticas de los alacranes Vaejovis que habitan en México y Estados Unidos.
Por lo pronto, 35 especies de lo que se creía un gran género no están cercanamente emparentadas. Por eso, el biólogo universitario trabaja ahora en la clasificación de cinco géneros más pequeños.
¿Cómo es que un género puede derivar en cinco o más? “Una de las principales teorías postula que esto sucedería por vicarianza. En un momento de la evolución surge una cordillera o montaña, y una población queda dividida en dos, las cuales se separan tanto (no pueden pasar al otro lado) que adquieren características distintas.
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“Con el tiempo suficiente, este proceso puede repetirse algunas veces y dar lugar a nuevos géneros diferentes. Esto es lo que se piensa que ocurrió en México, cruzado por el Eje Volcánico Transversal, y en la Ciudad de México, Morelos y el Estado de México, separados por la sierra del Chichinautzin.”
Depredadores del sotobosque
Al estudiar la taxonomía y la filogenia de las múltiples especies de alacranes es posible saber qué tan grandes o pequeñas son sus poblaciones en el sotobosque y determinar tasas de población de insectos, de polinización, así como de plagas.
Conocer la temporalidad y diversidad de especies permite estimar el tiempo de recuperación natural para alcanzar una estabilidad poblacional perdida por los efectos del cambio climático.
“Los alacranes, depredadores al fin, necesitan que en su hábitat haya un montón de insectos para sobrevivir. Asimismo, son como un ladrillo en la construcción del conocimiento: a partir del veneno de varias especies se pueden encontrar principios activos y sintetizar sustancias con potencial médico, como anestésicos”, añade el doctor en Ciencias Biológicas por la UNAM.
“A partir del veneno de varias especies se pueden encontrar principios activos y sintetizar sustancias con potencial médico, como anestésicos”; Gerardo Contreras Félix, Doctor en Ciencias Biológicas por la UNAMx
Incendios
Contreras Félix, en trámites para realizar un posdoctorado en la Universidad de Guadalajara, busca saber cuándo se habrían originado los cinco géneros de alacranes y cuánto tiempo ha pasado desde entonces.
Ese conocimiento de taxonomía y filogenia intentaría extrapolarlo para estimar el tiempo que llevaría recuperar la estabilidad poblacional de especies mermadas por una catástrofe, como los incendios del año antepasado en la Amazonia.
“Por ejemplo, con dicho conocimiento se podría determinar qué tanto daño causaron esos incendios a los alacranes que había en la Amazonia, cuánto tiempo llevaría su recuperación poblacional o, si se extinguieron unas especies, cuáles otras pudieron haber colonizado ese hábitat. Los incendios pueden ocurrir de manera natural. El meollo del asunto es que unos ambientes están adaptados para soportarlos con cierta frecuencia y otros no”, explica el biólogo.
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