Un análisis realizado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), demostró que el plaguicida temefos , utilizado en las campañas de salud pública para el control de larvas y mosquitos, podría ser tóxico para la reproducción en hombres y mujeres que están expuestos a dicha sustancia.
La investigadora Betzabet Quintanilla Vega , del departamento de Toxicología y autora principal del trabajo, evaluó los efectos del plaguicida en la función espermática y su transformación en el epidídimo, el órgano que se sitúa en el borde superior del testículo en donde maduran y se almacenan los espermatozoides .
Foto: Betzabet Quintanilla Vega, toxicóloga del Cinvestav
El experimento publicado en la revista “Toxicological Sciences”, fue probado en un modelo animal, y comenzó con la administración del plaguicida ,a través de una sonda, de 100 miligramos de líquido por cada kilogramo de peso del roedor, en un periodo de siete días, esquema de tratamiento seguro de acuerdo con la Organización Mundial de la salud (OMS).
La investigación detectó que hubo una tasa de mortalidad de los espermatozoides del 13% al 41% y una disminución de fertilidad del 30%, después de cinco días.
Lee también:
Posterior a la administración del pesticida, los especialistas encontraron que el temefos se distribuyó en las zonas donde se concentran mayores porciones de grasa como el tejido graso y el epidídismo, a diferencia de los testículos.
La OMS clasifica el nivel de toxicidad del plaguicida en la categoría tres, es decir ligeramente tóxico, aunque se encontró que la sustancia se transforma en el organismo mediante cambios físicos y biológicos debido a que uno de sus metabolitos es el bisfenol S, considerado un discruptor endócrino, que altera las funciones de las hormonas de la reproducción.
El comunicado indicó que nueve metabolitos demostraron ser potencialmente tóxicos en diversos tejidos, como: la sangre, el tejido adiposo, hígado, tejido cerebral, e testículo, entre otros.
La exposición a contaminantes ambientales tienen una repercusión en el proceso de producción de los espermatozoides. Se suelen verter porciones del plaguicida en el agua en concentraciones de un miligramo por litro, tanto en tinacos como cisternas, cuándo comienzan las campañas de salud ante animales que producen enfermedades como el caso del dengue.
Lee también: Las especies de rápida evolución se extinguen con la misma velocidad: estudio
El Cinvestav aseguró que ahí es cuándo las personas quedan expuestas y pueden enfrentarse a daños en la fertilidad e incluso en el ADN.
El equipo de toxicóloga pretende, a partir de este estudio, encontrar en la orina de las personas estudiadas un metabolito estable, que permita identificar el grado de peligro del larvacida en quienes lo utilizan y realizar estudios posteriores que amplien los conocimientos acerca del tema.
“La expectativa es que nuestro estudio llegue a los responsables de tomar decisiones, para que se reconsidere la toxicidad del temefos e incluso su prohibición, pues su uso indiscriminado es preocupante”, puntualizó Quintanilla Vega.
jgt