A raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania , diversos científicos ucranianos han tenido que abandonar sus hogares y poner pausa a proyectos de investigación. Ahora, la comunidad científica rusa y medios de comunicación especializados se han pronunciando, mediante una carta virtual, con respecto a la guerra, que si bien, ha sido desencadenada por su gobernante Vladímir Putin , no precisamente todos están de acuerdo.
El especialista de bioniformática, Mikhail Gelfand, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Skolkovo, ubicado cerca de Moscú (Rusia), escribió una carta pública ante las acciones políticas que el país ha tomado contra Ucrania.
"Nosotros, científicos y periodistas científicos rusos, declaramos una fuerte protesta contra las hostilidades lanzadas por las fuerzas armadas de nuestro país en el territorio de Ucrania. Este paso fatal conduce a enormes pérdidas humanas y socava los cimientos del sistema establecido de seguridad internacional. La responsabilidad de desencadenar una nueva guerra en Europa recae enteramente en Rusia”, se describe en la epistolar.
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De acuerdo con el portal SINC, la revista “Science” informó que el científico, quien daría una clase magistral sobre genómica comparativa a decenas de estudiantes rusos, a través de zoom, decidió cancelar la conferencia para hablar sobre la situación actual. Durante el conversatorio, Gelfand escribió la carta que, más tarde circularía en diferentes medios, en la que expone su rechazo y oposición de los eventos actuales. A la par, los estudiantes del Instituto de de Skolkovo también se solidarizaron en contra del conflicto.
La carta fue publicada en “TrV-Nauka”, un portal de noticias científicas independiente, en la que el bioniformático expresó que la guerra no puede ser justificada por ningún argumento racional.
“Los intentos de utilizar la situación en Donbass como pretexto para lanzar una operación militar no inspiran ninguna confianza. Está claro que Ucrania no representa una amenaza para la seguridad de nuestro país. La guerra contra ella es injusta y francamente insensata”, detalló en el escrito.
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El experto que catalogó su texto como “un paso a ninguna parte”, tiene el propósito de demostrar la diferencia que existe entre las posturas de la comunidad científica rusa y los dirigentes de su nación, así como expresar ante los colegas ucranianos que se oponen contra las decisiones del presidente Putin.
Gelfand añadió que tienen intenciones de “exponer lo mismo a la comunidad internacional con la esperanza de que cualquier acción para castigar a Rusia sea ponderada de tal manera que no se castigue a la misma gente que se opone a lo que se está haciendo”.
“Ucrania ha sido y sigue siendo un país cercano a nosotros. Muchos de nosotros tenemos familiares, amigos y colegas científicos que viven en Ucrania. Nuestros padres, abuelos y bisabuelos lucharon juntos contra el nazismo. Desatar una guerra en aras de las ambiciones geopolíticas de los líderes de la Federación Rusa, impulsada por dudosas fantasías historiosóficas, es una cínica traición a su memoria”, agregó.
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El bioinformático también manifestó temor ante el aislamiento y las diversas sanciones que está recibiendo el país soviético por la agresión, como la prohibición de las exportaciones de bienes a las fuerzas militares, bloqueos de exportación tecnológica, entre otros, pues asegura que tanto él como sus compañeros tendrán dificultades para seguir con sus proyectos.
“Es difícil comprar equipos. Conozco a colegas que no han podido conseguir máquinas de secuenciación porque se consideran de doble uso para fines pacíficos y militares. Mis compañeros de facultad que son biólogos experimentales se verán tremendamente afectados”, dijo en una entrevista con “Science”.
Diversos científicos han firmado la carta de renuncia contra la guerra. En el caso de la comunidad internacional también han demostrado posturas ante los hechos, una de las más sonadas fueron las sociedades matemáticas de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia y Polonia, que anunciaron no participarán en el Congreso Internacional de Matemáticos, que está previsto para celebrarse en San Petersburgo, Rusia, en julio de este año.
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