Arturo es maestro de literatura. Su cátedra está llena de autores, narraciones, metáforas, descripciones, analogías y todo tipo de tributos a la imaginación y las palabras. Su clase está repleta de nombres, pero a veces simplemente desaparecen de su memoria. En medio de una apasionada charla sobre novelas clásicas de terror, el nombre de Edgar Allan Poe parece desvanecerse detrás del rostro de sus alumnos. Improvisa algo y horas más tarde recupera algún eslabón de la charla. Esta niebla en su memoria se instaló en su cuerpo desde que tuvo. Eso sucedió hace casi tres años, pero el recuerdo de la pandemia, paradójicamente, aparece con el olvido.

El llamado Covid largo o prolongado llego a la vida de millones de personas que fueron atacadas por el virus y entender la dinámica del después de la fase aguda ha sido, tal como su nombre, un proceso largo y complejo.

Cuatro años después del inicio de la pandemia hay más piezas para formar el rompecabezas y aunque aún faltan muchas piezas para entenderlo del todo, ahora hay una imagen más clara de sus detonantes y posibles tratamientos.

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