Arturo es maestro de literatura. Su cátedra está llena de autores, narraciones, metáforas, descripciones, analogías y todo tipo de tributos a la imaginación y las palabras. Su clase está repleta de nombres, pero a veces simplemente desaparecen de su memoria. En medio de una apasionada charla sobre novelas clásicas de terror, el nombre de Edgar Allan Poe parece desvanecerse detrás del rostro de sus alumnos. Improvisa algo y horas más tarde recupera algún eslabón de la charla. Esta niebla en su memoria se instaló en su cuerpo desde que tuvo Covid. Eso sucedió hace casi tres años, pero el recuerdo de la pandemia, paradójicamente, aparece con el olvido.
El llamado Covid largo o prolongado llego a la vida de millones de personas que fueron atacadas por el virus y entender la dinámica del SARS-CoV-2 después de la fase aguda ha sido, tal como su nombre, un proceso largo y complejo.
Cuatro años después del inicio de la pandemia hay más piezas para formar el rompecabezas y aunque aún faltan muchas piezas para entenderlo del todo, ahora hay una imagen más clara de sus detonantes y posibles tratamientos.
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Nuevo año, nuevos resultados
La revista "Science" considera, de hecho, a este 2024 como el año de los posibles grandes hallazgos en torno a este tema, pues es precisamente en este ciclo cuando concluyen varios estudios de largo aliento que han seguido los trastornos ligados al Covid prolongado por diferentes frentes.
Los científicos quieren hallar biomarcadores: cambios biológicos que puedan medirse para ayudar a diagnosticar la enfermedad con mayor facilidad para abordarla puntualmente. Se sugieren tres marcadores: la presencia de restos virales en las heces, baja serotonina y altos niveles de interferones.
La definición del Covid prolongado se ha vuelto más precisa. Las secuelas postagudas del Covid-19 son una afección multisistémica que comprende síntomas a menudo graves. Esta entidad se asocia con todas las edades y gravedades de la enfermedad en fase aguda, pero el mayor porcentaje de diagnósticos se ha identificado entre los 36 y 50 años.
Hoy se sabe que la afección afecta a casi todos los sistemas del cuerpo y se presenta con más de 200 síntomas, según informes del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de los Institutos Nacionales de Salud de EU (NIH) que forman parte de la Iniciativa RECOVER, actualmente probando cuatro tratamientos potenciales para el Covid prolongado, mientras se esperan los resultados de ensayos clínicos adicionales que están integrando siete tratamientos más.
Estos estudios han reclutado a más de 24 mil personas. Cuya participación en los estudios se suma a la información obtenida mediante 60 millones de registros médicos electrónicos sobre cómo el Covid-19 afecta a diferentes tejidos y órganos del cuerpo. Los datos obtenidos de estos esfuerzos ayudaron a dar forma al desarrollo de los ensayos clínicos de fase 2, que prueban la seguridad y eficacia de los tratamientos normalmente en grupos de 100 a 300 participantes.
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RECOVER-NEURO examina tratamientos para la disfunción cognitiva relacionada con el Covid prolongado, incluida la confusión mental, los problemas de memoria y la dificultad para concentrarse y resolver problemas. Cabe señalar en este punto que las personas con esta afectación suelen presentar niveles reducidos de serotonina periférica, lo que impide la actividad del sistema nervioso vago, el encargado de transmitir señales entre el cuerpo y el cerebro, perjudicando así las respuestas del hipocampo y la memoria.
Según un detallado informe de Kanecia Zimmerman, una de las principales investigadoras y coordinadoras de los ensayos, las intervenciones bajo este protocolo incluyen un programa de entrenamiento cerebral basado en la web llamado BrainHQ, desarrollado por Posit Science Corporation en San Francisco, que se ha utilizado para mejorar la función cognitiva.
Por otra parte, también se está probando PASC-Cognitive Recovery, un programa de rehabilitación neurológica desarrollado por el Mount Sinai Health System, en la ciudad de Nueva York.
Para este tipo de afectaciones, también está en marcha un ensayo clínico para probar la fluoxetina, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, pues es importante mantener los niveles adecuados de este neurotransmisor. Finalmente, se prueba un dispositivo eléctrico utilizado para la estimulación transcraneal con corriente directa que ayuda a la actividad cerebral y al flujo sanguíneo y que se podría utilizar en el hogar de los pacientes afectados.
La persistencia del virus
RECOVER-VITAL es otro estudio que se centra en un tratamiento dirigido a la persistencia del SARS-CoV-2, pues se ha comprobado que en muchos casos el virus permanece en el cuerpo y provoca que el sistema inmunológico no funcione correctamente o dañe los órganos. Para combatir esta condición, se está probando un régimen de dosis más largo del antiviral Paxlovid (nirmatrelvir y ritonavir), que se usa para tratar el Covid agudo y actualmente está aprobado para el tratamiento leve a moderado en adultos que tienen un alto riesgo de progresión a la enfermedad grave.
Otra de la sintomatología detectada entre la personas con Covid prolongado son problemas para dormir. El estudio RECOVER-SLEEP mantiene intervenciones para detectar cambios en los patrones de sueño o la somnolencia diurna excesiva.
Mediante electrodos y sensores, investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg, de la Universidad Northwestern, están examinando cómo la falta de sueño y síntomas como la confusión mental pueden estar relacionados con una inflamación subyacente. Es por estos que también se analiza la sangre de los pacientes en busca de signos de inflamación y marcadores de actividad del sistema inmunológico. Un sistema inmunológico hiperactivo podría sugerir que el virus aún persiste en el cuerpo.
Algunos investigadores creen que el principal detonante del Covid prolongado se produce porque hay bolsas del virus escondidas dentro del cuerpo. La infección persistente podría estar provocando alteraciones del sueño e interfiriendo con el funcionamiento normal del sistema inmunológico. Investigadores como Igor Koralnik se preguntan si el trastorno puede estar presente en personas que tuvieron una infección leve o incluso no se dieron cuenta de ésta, pero han mantenido el virus desarrollando sintomatología de Covid prolongado.
RECOVER-AUTONOMIC busca ayudar a tratar los síntomas asociados con problemas en el sistema nervioso autónomo, que controla una variedad de funciones corporales que incluyen la frecuencia cardíaca, la respiración y la actividad del sistema digestivo.
Un ensayo inicial se centra en el síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS), un trastorno con una serie de síntomas que incluyen latidos cardiacos irregulares, mareos y fatiga. El primer grupo evaluará un tratamiento utilizado para enfermedades inmunes versus placebo. El segundo grupo evaluará un fármaco que se utiliza actualmente para tratar la insuficiencia cardiaca crónica en personas con frecuencia cardiaca elevada.
Incluso si estas terapias no tienen éxito, los científicos esperan que los resultados de los ensayos aclaren la biología que alimenta esta afección, ayudándoles a identificar qué probar a continuación porque después de cuatros años de iniciada la pandemia en el planeta se mantienen problemas de salud crónicos que podrían seguir alterando los sistemas de salud de todo el mundo si no se entiende a la perfección el origen de la sintomatología que se mantienen en alrededor del 15% de las personas que tuvieron Covid agudo en todo el mundo.
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