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Los primeros depredadores aparecieron en la Tierra hace 480 millones de años , e incluso tenían dientes capaces de repararse solos, según un proceso que acaba de ser revelado.
Aunque los primeros vertebrados, los conodontes parecidos a anguilas, tenían solo unos pocos centímetros de largo, se los considera los primeros depredadores de la Tierra. Sus dientes pequeños, que se encuentran entre los microfósiles más importantes, podían repararse después de sufrir daños.
Cómo ocurría este proceso es difícil de determinar. Aunque los dientes fosilizados a menudo se encuentran en rocas marinas, sus tejidos blandos rara vez se conservan. Como solo han sobrevivido unos pocos ejemplos de tejido blando de conodontes, es muy difícil determinar cómo crecieron.
Los análisis llevados a cabo por investigadores de la Universidad de Erlangen-Nuremberg, publicados en Proceedings of the Royal Society B ., arrojan más luz sobre el tema.
Mediante el uso de microscopios electrónicos, los científicos examinaron las capas de dientes de estos seres para aprender más sobre cómo crecieron. Durante este proceso de escaneo, un material es bombardeado con electrones. Diferentes materiales reflejan una cantidad diferente de electrones de vuelta al microscopio. Por ejemplo, los elementos pesados reflejan los electrones con más fuerza que los más livianos , por lo que se muestran con un color más claro en la imagen. Este método permitió a los investigadores reproducir las capas individuales e investigarlas con una resolución mucho más alta que antes.
Mediante el uso de espectroscopía de rayos X, en la que los elementos se detectan por medio de la radiación que emiten, los científicos también pudieron analizar la composición química de cada capa.
Los dientes crecieron en un ciclo alterno entre el desgaste y el crecimiento de nuevas capas. Además, la forma de los dientes variaba mucho dependiendo de la etapa de crecimiento de los animales. Usando la composición química y la forma de los dientes, los investigadores pudieron identificar tres etapas de crecimiento durante el desarrollo de un animal que fueron influenciados (entre otros) por los hábitos alimenticios.
Después de la primera etapa, un tipo de estado larval, en el que los alimentos no se digirieron mecánicamente (mediante la masticación), los conodontos evolucionaron a los primeros cazadores durante la segunda y tercera etapas de crecimiento. Durante este tiempo, sus dientes sufrieron una metamorfosis a medida que evolucionaron en depredadores.
Hasta ahora, ha habido dos modelos para explicar cómo los dientes conodontes fueron capaces de regenerarse. A diferencia de los dientes humanos, por ejemplo, que crecen de adentro hacia afuera, los dientes de los conodontes se repararon desde el exterior, añadiendo continuamente nuevas capas.
Una teoría desarrollada por los científicos es que los conodontes retrajeron sus dientes durante los períodos de descanso, y la aposición de nuevas capas en los bolsillos epidérmicos indujo el crecimiento. Esto podría ser comparado con el mecanismo de dientes retráctiles utilizados para inyectar veneno por algunas especies de serpientes.
Por otro lado, otra teoría sugiere que los dientes fueron envueltos permanentemente por tejido y un tipo de gorro de cuerno, permitiendo que nuevas capas se acumulen con el tiempo. La investigación llevada a cabo ahora ha confirmado la primera teoría.