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Existe la percepción de que con la explosión de Internet y la aparición de las redes sociales , los jóvenes están cada vez más alejados de la lectura. “Si bien algunas personas mantiene la lectura a través de medios electrónicos , los procesos que se estimulan a leer un libro en papel y los que se estimulan a leer un libro digital son absolutamente distintos y definitivamente veo mayores beneficios al leer un documento impreso que un documento digitalizado”, asegura el doctor en psicología Emiliano Villavicencio Trejo , académica de la Universidad La Salle .
Con motivo del Día Internacional del Libro , el doctor en psicología explica que cuando leemos un libro en electrónico el proceso para cambiar de página es de abajo hacia arriba, ya sea con el dedo, o con el mouse , subimos la hoja que terminamos de leer. Mientras que cuando leemos un libro impreso , el proceso psicomotor es diferente porque pasamos la hoja leída hacía atrás, de derecha a izquierda, pero ¿cuál es el impacto cognitivo de eso?
“Cuando pasamos la hoja impresa de derecha a izquierda, la construcción cognitiva con la que terminamos en ese sentido es que dejamos atrás, mandamos a la memoria lo ya leído y de esa forma se estimula la memoria a corto plazo y vamos cerrando a ciclos. Cuando la hoja no se pasa de esa manera, sino se sube en el libro electrónico, no se cierra la percepción de que se concluyó esa página y, entonces, de repente la sensación con la que se quedan los lectores al leer un libro digital es que no se terminó de comprender la idea, se quedaron con asuntos inconclusos sobre la lectura. Pero más allá de que quede un problema de comprensión lectora, lo que se involucra es el no cerrar ciclos”, enfatiza Villavicencio Trejo.
Para el doctor en psicología, con el libro físico el lector tiene la oportunidad de interactuar con otros sentidos, es decir, estimular no sólo el sentido de la vista cuando se enfrenta a la lectura porque también puede tocarlo, olerlo, un libro nuevo tiene un olor particular que “te invita literal y metafóricamente a meter las narices en su cuerpo”.
“Esas sensaciones, esas percepciones, esa estimulación de los sentidos visuales, kinestésicos, se pierden cuando estamos frente a una pantalla y ¿cuál es la implicación o la trascendencia de ello? Pues que en la medida que mientras estemos aprendiendo involucremos el mayor número de sentidos, hay mayor probabilidad de que se logre un aprendizaje significativo, por eso en el preescolar las clases no sólo se toman con los alumnos sentados, sino que las maestras ponen a hacer ejercicios, a oler, a hacer experimentos, de tal manera que se estimule el mayor número de sentidos, algo que se ha perdido en las universidades y que definitivamente se pierde cuando leemos un libro digital”, dice el investigador.
Sin embargo, Villavicencio Trejo también afirma que los libros digitalizados tienen beneficios . “Los que hacemos investigación nos ha resuelto muchos problemas operativos a la hora de estar haciendo una investigación documental, también a la hora de estar rastreando un documento antiguo y esto lo facilita mucho. Otra realidad muy cierta es que un libro en promedio implica una inversión de entre 200 y 300 pesos o bien un libro especializado, por ejemplo de psiquiatría, implica una inversión de entre 800 y hasta mil pesos, cuando el salario mínimo pues definitivamente no permite adquirir los documentos físicos, entonces los textos digitalizados han facilitado en términos económicos el acceso a cierta información”.
jpe