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México es reconocido como el más diverso de este género de arácnidos. El doctor Alejandro Valdez Mondragón, encargado del Laboratorio de Aracnología( LATLAX) ubicado en el Laboratorio Regional de Biodiversidad y Cultivo de Tejidos Vegetales del Instituto de Biología de la UNAM, en el estado de Tlaxcala, afirma que generalmente cuando escuchamos la palabra arácnido, lo primero que se nos viene a la mente son arañas, sin embargo la clasificación de arácnidos encierra 11 grupos en distintos órdenes. El de mayor diversidad es el de los ácaros, seguido por el vasto reino de las arañas.
Violinista en el tejado
El Laboratorio de Aracnología se fundó hace dos años y su objetivo fundamental es el estudio de la diversidad faunística de arácnidos, no solo del estado, sino a nivel regional. En el caso de las arañas, el experto refiere que de las 2500 especies que habitan nuestro país, sólo 40 son peligrosas o de importancia médica y 36 de éstas son precisamente violinistas, también caracterizadas por estar cubiertas por pelos cortos muy finos que podrían dar la apariencia de una piel muy suave. Este tipo de fauna se alimenta de insectos y generalmente no se desplaza muy lejos de su telaraña. Su huella también se descubre por sus el abandono de sus exoesqueletos, los que muda al crecer.
Es así que uno de los principales proyectos que lleva este laboratorio gira precisamente en ampliar el conocimiento existente de las Loxosceles. La investigación es apoyada por el CONACYT y está contemplada para tres años, pero buscan extender el proyecto por seis años. “Por la importancia médica de este tipo de fauna, vale la pena investigarla en diferentes sentidos. Comparada con las viudas negras, su veneno tiene síntomas más agresivos. La mordedura de la violinista genera necrosis, muerte tisular o de piel. En caso severo hay daño en órganos como riñones, intestino e hígado; incluso puede provocar la muerte”, señala.
En sus estructuras bucales en forma de colmillos o quelíceros desembocan los conductos de las glándulas venenosas. Allí empieza a destilarse la historia del llamado loxoscelismo, como se le conoce al envenenamiento causado por este tipo de araña y que fue descrito por primera vez en EU durante 1872.
Valdez comenta que el problema con los registros de salud en México que documentan la atención de este tipo de casos en hospitales es poco certera porque en general cuando gente asiste por estas emergencias dice que “algo les pico”, pero no sabe el tipo de animal que ocasionó el daño. De esta forma, el dato se pierde a nivel estadístico.
En la zona centro del país habitan varias Loxosceles nativas, pero también hay especies que están siendo introducidas, como el caso de la Loxosceles mixteca. De esta especie se reporta su presencia desde hace más de diez años en la Capital. “Dada su altitud, la Ciudad de México no es su ambiente natural, pues estas arañas prefieren zonas más secas y cálidas, sin embargo hipotetizamos que por el transporte de diferentes objetos y plantas de ornato desde estados como Guerrero y Morelos se han trasladado también a estos ambientes”.
El objetivo principal de su estudio es hacer una revisión taxonómica del grupo. “Estas arañas presentan una amplia variación morfológica que al parecer era una de las cosas que hemos visto y que se postulaba. Lo que queremos saber es si realmente en México tenemos la mayor diversidad, pues el último estudio de taxonomía que se hizo al respecto fue hace 35 años”. Actualmente este grupo está describiendo una nueva especie de Loxosceles del centro de México, localizada en una zona cálida de la selva baja de Puebla. Aún están decidiendo el nombre según las reglas que establece la nomenclatura zoológica para nombrarla.
“Las otras 36 especies están presentes en todo el país”, señala y agrega que el estado de Baja California es el que tiene la mayor diversidad con nueve especies. En junio, el grupo planea viajar a este estado del norte de la República para realizar una expedición de un mes donde además se puedan colectar otros arácnidos útiles para otros proyectos en el laboratorio.
Pequeñas grandes conquistadoras
En el mundo se han estudiado y descrito más de 100 mil especies de arácnidos y alrededor del 5% de esta cifra se encuentran en nuestro país. “En realidad los arácnidos son poco estudiados en el país y la comunidad de aracnólogos en México sigue siendo pequeña”, señala el especialista quien refiere alrededor de una decena de especialistas quienes guían diferentes grupos de investigación en el país.
Para Valdez la institución que hace la principal investigación sobre arácnidos es la UNAM, a través de diversas instancias como la sede del Instituto de Biología en CU, encargado de resguardar la Colección Nacional de Arácnidos (CNAN). En otros estados como Chiapas, Morelia, Morelos y Baja California existen otros expertos con diferentes líneas de investigación que buscan entender mejor el mundo de este tipo de animales.
México se convierte así en uno de los seis países con la mayor diversidad de arañas a nivel mundial. “De las 40 mil especies de arañas identificadas en el mundo, nosotros tenemos dos mil 500, pero si tomamos en cuenta que en México tenemos entre 10 y 12 % global de la diversidad de flora y fauna, podríamos considerar que aún nos falta conocer más de 50% de la fauna de arañas”, señala Valdez y subraya que hay regiones en el país que han sido más estudiadas como hábitat de arácnidos, pero el especialista considera que en general faltan más estudios, muestreo de campo y gente involucrada en todos los campos de la aracnología.
“Hay una diversidad más conocida en estados como Veracruz y Chiapas, aunque no están completamente muestreados. Por otra parte, se considera que Tlaxcala y Aguascalientes son los que tienen menos diversidad de arañas; en el caso de Tlaxcala hasta hace unos años sólo se reportaban 20 especies, pero nosotros hemos identificado otras veinte y eso solamente en el Parque Nacional La Malinche. Eso habla de que no es un estado poco diverso, su tamaño no importa, en realidad es una entidad que había sido poco o nulamente muestreada”.
Otro de los proyectos que se desprende del trabajo con las Loxosceles, es un trabajo de maestría enfocado a modelar que pasará con la especie en las próximas décadas en relación al impacto del cambio climático, pues esto puede dar pautas de la tendencia en la distribución del animal y su impacto en el área de salud. “Nosotros esperamos que con el cambio climático la distribución de muchos vectores, incluido este tipo de araña, se incrementaría, pues son animales tolerantes a las condiciones extremas de temperatura”. A este respecto, diversos estudios refieren también que específicamente las Loxosceles puede tolerar bastante bien la escasez o ausencia de alimentos.
Con relación a este mismo tema, en otro epicentro de investigación científica de nuestro país, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), científicos del Departamento de Biología de la Conservación estudian diversas especies de artrópodos, incluidas algunas familias de arañas, para analizar el efecto que tendrá el cambio climático en las poblaciones de animales que tienen un papel fundamental en las actividades humanas.
Es así que desde la colecta de nuevas especies hasta estudios de evolución, genética o ecología, diferentes especialistas buscan realizar investigaciones para conocer y reconocer las condiciones en que a la fauna más pequeña, pero también más resistente, condicionará de una u otra forma su relación con el humano en varios frentes, como la salud o la agricultura.