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Hoy se asienta el equinoccio de primavera , por lo que el doctor en astrofísica José Franco explicó el motivo por el que esta época del año coincide con la llegada del equinoccio, que también ocurre durante esa fecha, pues las civilizaciones antiguas establecieron el calendario solar luego de estudiar minuciosamente los distintos períodos que atraviesa el Sol .
El integrante del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, en entrevista con EL UNIVERSAL, indicó que la primavera está definida por el equinoccio, pues el Sol se mueve hacia el norte y alcanza el equinoccio de primavera, tras haber atravesado el solsticio de invierno.
“Pero este movimiento del Sol es aparente porque los que en realidad nos movemos alrededor del Sol somos nosotros; la Tierra”, aclaró el académico. “Debido a la inclinación del eje de rotación de la Tierra, nosotros vemos que el Sol, aparentemente, se mueve de norte a sur y a lo largo del año se mueve de una dirección a la otra”.
Los períodos del Sol ayudaron a establecer las estaciones del año, pero antes de esto, los nómadas se guiaron por las fases de la Luna para crear el calendario lunar. Las medidas del tiempo, como lo conocemos hoy (días, meses y año) se basaron en la trayectoria de la Luna.
Los primeros grupos que se fijaron en la trayectoria de la Luna, fueron quienes establecieron las medidas de tiempo. Este pensamiento fue heredado de civilización en civilización. De ahí surgió en calendario lunar, que todavía define los tiempos de algunas culturas, el calendario judío -por ejemplo- es un calendario lunar.
“¿No les ha llamado la atención que una semana sea de siete días, la misma duración de cada fase lunar?”, señaló el doctor.
En la antigüedad, no había un indicador del tiempo “no había calendarios, tampoco relojes”. En esa época, además, no había contaminación lumínica que distorsionara el brillo de la Luna, por ello era muy notorio para las primeras y los primeros pobladores percatarse de las distintas facetas de la Luna.
“Fue así que se percataron que la Luna llena aparecía cada cierto tiempo, aparecía y luego desaparecía”, indicó.
“Los períodos de la Luna fueron los primeros períodos que los seres humanos pudieron medir”, puntualizó.
“Si marcas en el piso una rayita por cada día que pase, entre una fase lunar y otra, te darás cuenta que transcurren casi 28 días”.
La Luna se convirtió en el primer reloj y en el primer calendario de la humanidad. Así como los meses se establecieron por las fases de la Luna, pero después, conforme la civilización se desarrolló y el ser humano pasó de ser nómada a establecer cuevas y, más tarde, aldeas, estableció nuevos períodos basados en el cielo. El próximo período que definió, luego de los meses, fue el período del Sol.
Para una espectadora o un espectador de la Ciudad de México será difícil de percatarse de las diferentes facetas que atraviesa el Sol, pero en aquella época las y los antiguos se percataron que, a lo largo del año, el Sol sale del horizonte desde el norte, se mueve al sur, hasta alcanzar el sitio más recóndito del sur y, más tarde, vuelve al norte.
“Y así se la pasa oscilando del norte al sur”, detalló el astrofísico.
Este período que recorre el Sol tiene una duración de 365 días. Esta información también fue registrada por culturas antiguas, predecesoras a los nómadas, así establecieron la duración de un año, el que dividieron en los ciclos solares.
A lo largo del año, hay dos equinoccios y dos solsticios. El 20 de marzo se asienta el equinoccio de primavera. Pero este período no sólo tiene una injerencia en el cambio de temperatura, sino que marcan intervalos en la Tierra, en los animales, las plantas y en la humanidad. Se tratan de cambios en el hábitat, trazados por las estaciones del año.
“Este ciclo tiene que ver con la temperatura, la época en la que hace más calor, llueve, las plantas dan frutos y flores, los animales se reproducen”, expresó.
La inclinación del Sol, además, propicia que la duración del día y la noche sean de la misma duración durante el equinoccio. A diferencia de lo que ocurre durante los solsticios, pues los número de horas del día son menos que las horas nocturnas.
“Comenzamos con calendarios lunares, luego solares y, finalmente, se crearon los calendarios ´lunisolares´ que es el calendario que utilizamos en la actualidad”, remarcó.
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