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Científicos aseguran que la dieta durante el embarazo , puede afectar a la calidad de la leche materna , que contiene distintos grupos de microbiotas, bacterias ricas en nutrientes, esenciales para el desarrollo de los bebés.
De acuerdo al Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IATA-CSIC) de Valencia, España, someterse a un ritmo riguroso de alimentación, a lo largo de las semanas de gestación, afecta de manera directa a la flora intestinal de los neonatos, y repercute en su crecimiento, en los primeros meses de vida.
La microbiota materna es el conjunto de bacterias que la progenitora transfiere al bebé en la lactancia
, práctica que lo proveerá de lo necesario para combatir la presencia de enfermedades infecciosas. Esta forma de nutrición resulta imprescindible para el buen mantenimiento de la salud tanto del hijo, como de la madre.
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El estudio publicado en “Gut Microbes” tuvo como finalidad conocer el impacto que produce la microbiota en la flora intestinal del recién nacido. El trabajo contó con la c olaboración de 86 mujeres y se les supervisó durante un año y medio, después del parto, mediante las pautas que dicta la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el índice de masa corporal longitudinal y peso por longitud.
María Carmen Collado
, investigadora del IATA-CSIC, detalló que “se analizaron las muestras fecales de las madres y los bebés en el momento del parto, mediante técnicas de secuenciación masiva para obtener los distintos perfiles en la microbiota intestinal. Posteriormente se recogieron los datos de la dieta durante el embarazo y se realizó un seguimiento clínico y antropométrico en los primeros 18 meses de vida”.
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Los autores observaron diferencias en la microbiota neonatal en función de la dieta materna , la cual, contó con el consumo de fibra; cereales y cítricos, proteína vegetal; guisantes, semillas y avena, ácidos grasos omega-3; pescado y linaza; y polifenoles; frutas y verduras.
“Hemos observado las diferencias que se producían, demostrando que la dieta posee un papel muy importante en la vida temprana que puede afectar a la microbiota materna. En particular, la fibra, la proteína vegetal y los ácidos omega-3 ejercen un efecto significativo sobre el microbioma del bebé y contribuyen al desarrollo infantil durante los primeros meses de vida, así como a la salud del niño”, ahondó Collado.
nrv