Nuestro país es una tierra fascinante, de gran valor histórico, cultural y con un considerable valor geográfico y geológico. Posee un suelo muy accidentado, con un gran número de cordilleras, montañas, volcanes, montes y colinas.
La actividad orogénica del territorio mexicano dio lugar a numerosos sistemas montañosos cuya característica principal es estar alineados. Los principales sistemas, que a su vez se subdividen en conjuntos menores y volcanes son: Sierra Madre Occidental, Sierra Madre Oriental, Sierra Madre del Sur, Cordillera Neovolcánica o Eje Volcánico Transversal, de este último se desprenden dos míticos volcanes protagonistas de una de las leyendas más famosas de México, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl .
Recientemente, expertos han realizado importantes hallazgos en los "amantes mexicanos" que, según la leyenda, los dioses les entregaron la eternidad convirtiéndolos en volcanes.
Por un lado, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) anunció el hallazgo de otro cráter al interior del volcán Popocatépetl . El director del Cenapred, Carlos Valdés, informó que el cráter interior tenía un diámetro de 370 metros y 110 metros de profundidad.
La vulcanóloga de la UNAM , Ana Lillian Martin del Pozzo, miembro del comité asesor para la vigilancia del Popocatépetl, explicó que era un cráter que está adentro del cráter principal y que estas formaciones internas son una cosa muy común en los volcanes, de hecho en 1997 se formó un cráter interno en el mismo lugar en el que está éste.
"Es un cráter interno del cráter grande, es como una boca adentro de la bocota, no altera en nada la actividad del Popocatépetl porque es el mismo proceso que ha estado ocurriendo desde 1996 cuando tuvimos los primeros casos. En 1994 tuvimos las primeras emisiones que eran del material antiguo y en 1996 se formaron los primeros domos de lava que forman boca, luego se tapan, se forman cráteres, luego otros domos, luego tenemos explosiones y así, es como un pastel, y dentro de ese pastel hay varias explosiones que forman cráteres.
"Son bastante normales, de hecho estos están exactamente adentro del cráter principal. El cráter que nosotros vemos es muy grande y adentro se han estado formando domos que al solidificarse crean tapones que cuando explotan salen como emisiones de cenizas y de fragmentos”, explicó la experta.
Por su parte, en las faldas de la llamada "Mujer dormida", arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dieron a conocer el hallazgo de un sitio que podría representar un microcosmos.
El nombre del sitio es Nahualac y está ubicado a 3 mil 870 metros sobre el nivel del mar, en el lugar hay un estanque estacional dentro del cual se construyó en la época prehispánica un tetzacualco (adoratorio).
Algunos mitos mesoamericanos sobre la creación del mundo señalan que Cipactli (el monstruo de la tierra) flotaba sobre las aguas primigenias y a partir de su cuerpo se creó el cielo y la tierra. En este sentido, Nahualac podría emular dicha concepción, ya que la existencia de un tetzacualco en medio de un estanque natural y el efecto óptico que se produce en el espejo de agua, del que pareciera que la estructura emana, hace sugerir que el lugar es la representación de un tiempo y espacio primigenio, un modelo miniatura del universo.
Nahualac consta de dos áreas. La primera y principal es un estanque estacional dentro del cual se construyó en la época prehispánica un templo rectangular de piedras apiladas sin ningún tipo de cementante conocido como tetzacualco (de 11.5 x 9.8 metros). Actualmente, se pueden apreciar las esquinas y los arranques de los muros, además de algunos montículos de piedras que lo rodean.
La segunda área se localiza a 150 metros al sureste de la estructura, sobre un amplio valle donde brotan manantiales. Ahí se han hallado piezas cerámicas con elementos decorativos asociados a Tláloc, deidad de la lluvia.
Sin duda, estos dos volcanes que se han convertido en parte del paisaje chilango de todo los días, todavía guardan muchos secretos.
jpe