En la ficción, a pesar de los percances, la vida en Marte es posible; y al parecer en el mundo real también, pero no como la conocemos o imaginamos en la Tierra. Un nuevo artículo publicado en Science recientemente sugiere que podría haber agua líquida en Marte precisamente bajo una capa de hielo en su polo sur. El hallazgo está basado en datos de la nave espacial europea Mars Express, específicamente en las señales de un instrumento de radar llamado MARSIS (Mars Advanced Radar for Subsurface and Ionosphere Sounding), encargado de enviar pulsos de sonido a la superficie marciana, para determinar, mediante la intensidad y tiempo de retorno de estas señales, algunas de sus características. La noticia del hallazgo dio la vuelta al mundo y también generó nuevas preguntas.
El agua es vida
La primera de ellas, sin duda, tiene que ver con las posibilidades de vida. Especialistas en la materia como el doctor Rafael Navarro González, del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) y colaborador de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) en la exploración de Marte han dicho que de haber algún tipo de vida microbiana en esta área sub glacial, sería de tipo quimiosintética, la cual obtiene energía de reacciones químicas, como el caso de las bacterias metanógenas, microorganismos procariontes que viven en medios estrictamente anaerobios.
Las palabras agua y vida ya habían entrado en el crucigrama marciano desde hace varios años. La sonda Phoenix Mars Lander detectó indicios de hielo subterráneo en el área ártica hace justo una década, mientras que la sonda Curiosity ha presentado diferentes evidencias de que hubo agua líquida fluyendo en otras épocas del planeta. La esperanza de vida se mantiene, pero aún no se ha hecho visible.
El nuevo anuncio también genera otra pregunta: ¿Qué es lo que ha mantenido el agua en este estado? Roberto Orosei, del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia y encargado de los datos del radar MARSIS publicó el resultado de sus investigaciones como la primera evidencia de la presencia de agua líquida. Se considera que se trata de un pequeño lago escondido bajo kilómetro y medio de capas de hielo y una extensión de alrededor de 20 kilómetros. La publicación también se refiere a que su espesor podría ser de un metro, mientras la temperatura sería de 70 grados bajo cero, pero en estado líquido gracias a una gran concentración de sales de sodio, magnesio y calcio, así como al calor geotermal de posibles fuentes cercanas.
Es así que InSight, la próxima misión robótica de la NASA que aterrizará el 26 de noviembre podría ser crucial para corroborar este último punto. “El punto brillante visto en los datos de MARSIS es una característica inusual y extremadamente intrigante”, dijo en un comunicado reciente Jim Green, científico en jefe de la NASA. “Definitivamente son pruebas que merecen mayor estudio, por lo que se deben buscar líneas de evidencia adicionales para probar la interpretación”, agregó.
“Esperamos utilizar otros instrumentos para estudiarlo más en el futuro”. En realidad el primer paso para encontrar más pistas espera resolverse en un futuro cercano, pues el módulo de aterrizaje InSight de la NASA incluirá una sonda de calor que excavará cinco metros por debajo de la superficie marciana. La sonda, construida por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), proporcionará datos cruciales sobre cuánto calor escapa del planeta y dónde podría existir agua líquida cerca de su superficie.
Cuidados básicos
Mars Express se encarga de monitorear toda la superficie del planeta, pero apenas ha logrado generar mapas de alrededor del 10 % del polo sur, así que aún podría haber grandes sorpresas en estas zonas que sigan confirmando los modelos teóricos, pues en realidad esta es un poco una crónica de un hallazgo anunciado. Todos los modelos teóricos geológicos y geotérmicos de Marte apuntaban ya desde hace tiempo a la posibilidad de la existencia de agua líquida subterránea en Marte.
El problema por ahora es que Realizar investigaciones in situ precisamente en esas zonas tiene complicaciones por las condiciones extremas de la zona, pero el reporte de Orosei subraya que las mediciones de MARSIS se siguen realizando en distintos puntos del planeta, por lo que se espera que resultados similares ya no sean raros en otros lugares más accesibles para la exploración, precisamente como el área donde llegará InSight después de seis meses y medio de viaje: Elysium Planitia, considerada la segunda región volcánica más grande de Marte, después de Tharsis Montes. De hecho, se piensa que los hielos de agua, detectados en partes más templadas del planeta, también podrían dar las primeras pistas de vida en análisis astrobiológicos de más fácil acceso.
Seguirle la huella al agua ha sido uno de los principales objetivos del programa de Marte de la NASA. Pero este no ha sido sólo el gran objetivo en el estudio del Sistema Solar Interior. Actualmente, el agua está impulsando la exploración de la NASA en el Sistema Solar Exterior, donde otros mundos oceánicos, como el de Europa, la luna de Júpiter; y Encelado, la luna de Saturno, tienen también el potencial de mantener alguna forma de vida.
Precisamente esta búsqueda cada vez más intensa por el vital líquido, también genera otra pregunta: ¿Es posible contaminar estos lugares de vida primigenia o, incluso, trasladar algún microbio marciano hasta la Tierra. Esta premisa ha generado millones de dólares a la industria cinematográfica estadounidense, sin embargo en la vida real se siguen tomando precauciones para limitar cualquier posibilidad.
El Comité de Investigación Espacial (COSPAR) establece una serie de reglas para evitar que se contaminen mundos sin explorar. Para ingreso a zonas especiales, la categoría IVc marca la esterilización total de todas las naves y robots exploradores con experimentos de detección de vida, y para aquellos que aterricen o se trasladen a una región donde los microorganismos terrestres puedan sobrevivir y crecer. Hasta ahora los riesgos parecen calculados, pero todo se potencia mientras más posibilidades de nuevas formas de vida aparezcan.