La experiencia histórica más similar a la epidemia del Covid-19 fue la pandemia de la llamada “gripa española” durante 1918/19, la cual tuvo tres grandes olas de contagio claramente definidas. Después, el virus se diluyó, aunque nunca desapareció. Parte del código genético de aquel virus está presente en los brotes anuales de influenza.
Al comienzo de esta primavera ya el mundo atravesó por las dos primeras olas de contagio de Covid-19 y se teme que estemos entrando en la tercera. Recientemente, la canciller alemana, Angela Merkel, sonó la alarma sobre nuevos mutantes del virus SARS-CoV-2, más infecciosos y letales, que podrían provocar otra emergencia en Europa.
El 18 de marzo, el doctor López-Gatell afirmó en la conferencia vespertina diaria que cerca del 50% de los mexicanos se ha contagiado del virus. Es muy factible: fue una de esas informaciones que periódicamente contradicen la narrativa oficial del gran éxito del manejo de la pandemia. Es claro, dada esa cifra, que la estrategia implícita del gobierno mexicano ha sido limitar las repercusiones económicas asumiendo el costo en vidas que alcanzar la “inmunidad de rebaño” eventualmente podría costar.
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Las cifras “oficiales” de contagios por Covid-19 nos hablan de 2.2 millones de infecciones y unos 200 mil decesos. Son los números de las conferencias, pero en realidad son más.
Además se ha publicado el exceso de decesos en México durante 2020. Resulta que hasta fines de noviembre habíamos tenido 259 mil fallecimientos por arriba de lo esperado, de acuerdo a los decesos en 2018/2019. Pero la diferencia fundamental entre 2020 y 2019 fue la epidemia, así que esas muertes se las podemos atribuir al Covid-19 (con algunos daños colaterales).
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El factor de subregistro de los decesos por Covid en México se puede calcular dividiendo el exceso de fallecimientos reportado por los Estados entre los decesos “oficiales” por Covid. Realizando ese cálculo nos damos cuenta de que el factor de subregistro es 2.5. Es decir, por cada fallecido capturado como deceso por Covid hay en realidad 1.5 personas adicionales que han fallecido en casa o sin prueba del virus. Por eso no entran en la estadística de decesos confirmados.
62 MILLONES de mexicanos contagiados habría hasta la cuarta semana de marzo
Entonces podemos calcular que los 200 mil decesos “oficiales” hasta la cuarta semana de marzo corresponden, en realidad, a 500 mil personas fallecidas hasta ahora por Covid. Tomando ese número como ancla y partiendo de un índice de mortalidad de 0.8% resulta que hasta la cuarta semana de marzo se habrían contagiado 62 millones de mexicanos, lo que se aproxima mucho al 50% de contagiados en México mencionados por el doctor Hugo López-Gatell.
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La conclusión que podemos extraer de todo esto es que la misma Secretaría de Salud nos confirma que los números “oficiales” de decesos por Covid-19 que se manejan en los reportes diarios no corresponden a la realidad. Me parece que son números para consumo externo, para que en las tablas internacionales nuestro país no ocupe una posición tan mala. La SSa nos confirma además que los cálculos hasta ahora realizados por investigadores independientes, entre los que me cuento, son correctos. Se puede verificar el cálculo a la inversa: del 50% de mexicanos (somos 128 millones) contagiados por Covid-19 y con una tasa de mortalidad del 0.8% se desprende que hasta ahora han perecido más de 500 mil compatriotas por la epidemia. Es una simple multiplicación.
El panorama
La gran esperanza de la SSa es que ese factor de contagio de 50%, aunado a las vacunas, lleve al país rápidamente al umbral de inmunidad. Hay dos problemas: no se sabe a ciencia cierta durante cuantos meses persista la inmunidad de los ya contagiados. Pudiera ser que las mismas vacunas sólo proporcionen una protección temporal y que haya que aplicarlas todos los años. Por otro lado, la experiencia de Manaos, en Brasil, es desalentadora. En esa ciudad hasta el 70% de la población ya se había contagiado, pero se produjo una nueva oleada de contagios al surgir una nueva variante “brasileña” del SARS-CoV-2. Se había pensado que la población ya había alcanzado la inmunidad de rebaño, hasta que el nuevo mutante golpeó de nuevo a la ciudad.
1.5 FALLECIDOS adicionales hay por cada deceso capturado como muerte por Covid
Dada la situación actual en México, me parece que la SSa está confiando en un milagro doble. Esperan que la tercera ola del Covid-19 no aqueje tanto al país como a otras naciones, dado el ya elevado número de contagios en México (en Alemania solo el 8% de la población se ha infectado). Por otro lado, la SSa espera que las nuevas variantes del Covid-19 no “escapen” tan fácilmente a los anticuerpos ya formados por los contagiados.
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Obviamente no queda otra alternativa que seguir vacunando a la población lo más rápido posible. No nos podemos fiar en que un 50% de personas ya contagiadas vaya a ser una defensa eficaz contra la nueva fase en la que ha entrado el virus. Hay que seguir monitoreando las mutaciones del SARS-CoV-2 porque esto no se acaba en el corto plazo. Tanto en EU como en Europa se habla de continuar usando mascarillas durante todo 2021, incluso después de que toda la población esté vacunada, para evitar que surjan mutantes más agresivos del SARS-COV-2.