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El biólogo Antonio Lazcano califica la renuncia de la física Julia Tagüeña a la Coordinación del Foro Consultivo Científico y Tecnológico como un acto de dignidad y de realismo, además critica la administración de María Elena Álvarez-Buylla como titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)
“La renuncia de la doctora Tagüeña es un acto de dignidad, porque ella, más que defender al Foro, ha defendido la necesidad de que las autoridades de la ciencia en México reconozcan la importancia de la participación de la comunidad científica. También ha defendido el incremento a los presupuestos; así como la vida institucional, formal y legal. Además su renuncia fue un acto de realismo porque así se impidió que se continuara dañando al Foro”, dice Lazcano en entrevista.
A través de una carta, Tagüeña hizo pública su renuncia el pasado el lunes. En el documento especificó que renunciaba porque Conacyt no les había liberado recursos, pese a lo establecido por la Ley General de Ciencia y Tecnología y a que el Foro ganó un amparo.
El haber dejado sin recursos al Foro, señala el biólogo, implica dañar a un organismo que desde su creación en 2002 había operado de forma autónoma a través de la realización de proyectos y su participación en otras actividades relacionadas con la investigación científica.
“Por Ley, el Foro tiene que estar presente en las convocatorias para el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y no lo estuvo, también debió participar en la elección de los miembros de la Comisiones Dictaminadoras y no lo estuvo. El Foro también tiene campañas de difusión que hubieran contribuido a brindar información científica con la pandemia”, señala.
En su carta, Tagüeña explicó que Conacyt había creado otro foro con el mismo nombre, pero que era “a modo”, por lo que no ve en Álvarez-Buylla un futuro en la política.
“La doctora Álvarez-Buylla es un cadáver político y no se ha dado cuenta de ello. Lo es porque ha creado cada vez más una distancia con la comunidad científica, porque destruyó de una manera irresponsable grupos de trabajo dentro de Conacyt que manejaban bien aspectos de, por ejemplo, el SNI o becas. Además ha hecho un ridículo sistemático con el asunto de los ventiladores y por si no fuera suficiente, la lealtad con la que se ha conducido, apoyando a otros, como Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, demuestra que está de lado de los perdedores políticos y no se ha dado cuenta”.
El investigador de la UNAM e integrante de El Colegio Nacional también señala que por la gestiones en Conacyt, México queda “mal parado a nivel internacional” y ve como “pésima señal” todos los cambios con los que se verán afectadas las futuras generaciones de científicos.
“Finalmente ella va a pasar, el gran riesgo es el retraso que vamos a sufrir en un mundo en el que ya habíamos tenido un recorte brutal en 2017, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, y en un momento en el que lo más indispensable es apoyar a las ciencias”.
Antonio Lazcano deja en claro que respeta las preferencias políticas de María Elena Álvarez-Buylla; sin embargo sostiene que es una “irresponsabilidad” no darse cuenta del daño que ha generado con la implementación de sus políticas.
“Algo que no se comenta es la gran cantidad de gente que ha entrado y salido del Conacyt desde que ella dirige, porque no aguantan la atmósfera de intolerancia y caprichos que ahí hay. La doctora ha intentado callar las voces críticas”.