Los efectos del dióxido de carbono sobre el clima son más potentes de lo que se creía, lo que reduce la posibilidad de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento, según nuevos modelos comentados por científicos.
Elaborados por instituciones de media docena de países como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, estos modelos alimentarán las nuevas proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), previstas en 2021.
Según estos trabajos, las emisiones de CO2 hasta ahora asociadas a un calentamiento de 3 ºC podrían en realidad hacer subir el mercurio de 4 y hasta 5 ºC.
"Hoy contamos con mejores modelos que representan con más precisión las tendencias climáticas", subraya Olivier Boucher, director del Instituto francés Pierre Simon Laplaceque.
Como todos los investigadores, ahora dispone de más datos y de métodos de cálculo más potentes, respecto a las últimas proyecciones del IPCC, en 2013.
Estos anticipan que "será más difícil alcanzar los objetivos de París", subraya Mark Zelinka, del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California, y autor principal de la primera evaluación de esta nueva generación de modelos climáticos, publicada en la revista Geophysical Research Letters.
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En 2015, la comunidad internacional acordó en la capital francesa actuar para limitar el calentamiento global a menos de +2 ºC e idealmente a +1,5 ºC.
Desde hace más de un siglo, los científicos buscan respuestas a una pregunta aparentemente simple: si se duplica la cantidad de CO2 en la atmósfera, ¿cuánto se calentará la superficie terrestre?
Pero definir exactamente esta "sensibilidad climática" es difícil, debido sobre todo al peso de muchas variables, como la influencia de los océanos y los bosques y su papel como "pozos de carbono", al captar actualmente más de la mitad de las emisiones humanas.
Otra gran incertidumbre tiene que ver con "la evolución de las nubes en un clima más cálido y saber si tendrán un efecto atenuante o amplificador" del fenómeno climático, explica Joeri Rogelj, del Imperial College de Londres.
Rogelj es el jefe de fila del IPCC sobre el "carbon budget" , esto es, la cantidad de gases de efecto invernadero que puede emitirse sin superar una determinada subida de la temperatura.
Estos modelos apuntan al menos a dos maneras sobre cómo las nubes podrían reforzar el impacto del CO2.
Primeramente las nubes de altitud en la capa baja de la atmósfera terrestre refuerzan las radiaciones solares , una dinámica acentuada por el calentamiento, según Zelinka.
"Otra gran incógnita era cómo las nubes de baja altitud iban a cambiar, como los estratocómulos", afirma el investigador. Las últimas investigaciones indican que el calentamiento reduce esta cobertura nubosa reduciendo por lo tanto su papel reflectante de los rayos solares.
Durante la mayor parte de los últimos 10.000 años, la concentración de CO2 en la atmósfera ha sido de unas 280 partes por millón (ppm).
Pero durante este periodo la población mundial pasó de unos pocos millones a 7 mil 600 millones de personas y las emisiones de CO2 registraron desde el siglo XIX un crecimiento exponencial, debido a la revolución industrial y a las energías fósiles (petróleo, gas y sobre todo, carbón).
Resultado: la concentración de CO2 es actualmente de 412 ppm, es decir, un aumento del 45%, la mitad de esta en los últimos 30 años.
El mundo se calentó a su vez un grado respecto a la era preindustrial, lo que ya ha provocado un recrudecimiento de los fenómenos extremos como canículas, sequías, inundaciones y ciclones.
Premio Nobel de Química en 1903, el sueco Svante Arrhenius estimó que si se duplicaban las concentraciones de CO2, el calentamiento sería de 5 o 6 ºC, antes de reducir su previsión a 4 ºC.
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Y desde los años 1970, el consenso científico evaluó la "sensibilidad climática" a 3 ºC, con una diferencia posible de 1,5 ºC, para unas 560 ppm de CO2.
El IPCC elaboró cuatro posibles escenarios: el más ambicioso cumple el objetivo del Acuerdo de París de contener el calentamiento por debajo de 2 ºC, pero para ello sería necesario reducir de forma inmediata las emisiones de CO2 de un 10% anual.
El más pesimista vaticina que algunas regiones serán completamente inhabitables a finales de siglo.
La mayoría de expertos considera ya que el primero es inalcanzable y el último poco probable, salvo si el planeta empezara a liberar masivamente el carbono almacenado, por ejemplo, si se fundieran las tierras habitualmente congeladas por el permafrost .
Los otros dos escenarios intermedios, bautizados RCP4.5 y RCP6.0, conducen a una concentración respectiva de 538 ppm de CO2 y de 670 ppm.
Entre estos nuevos modelos, "tenemos 12 o 13 que muestran una sensibilidad climática no de 3 sino de 5 o 6 ºC con el doble de CO2. No son excepciones, lo cual es preocupante", explica Johan Rockstrom, director del Institute for Climate Impact Research (PIK) de Potsdam.
Así, los modelos francés, del departamento estadounidense de Energía , del servicio meteorológico británico y de Canadá, prevén una sensibilidad climática de 4.9, 5.3, 5.5 y 5.6 ºC, respectivamente, según Zelinka.
De los 27 modelos examinados en su estudio, estos son además los que mejor reflejan las evoluciones de los últimos 75 años, lo que refuerza su credibilidad. "Hay que tomarlos en serio", subraya.
Otros, que también serán considerados por el IPCC, son menos pesimistas, si bien la mayoría supera las previsiones actuales de calentamiento.
"El jurado todavía no ha pronunciado su veredicto", resume Rockstrom. Pero "desde hace más de 30 años, la sensibilidad climática estaba evaluada entre 1,5 y 4,5 ºC. Si pasa a entre 3 y 7 ºC, será extremadamente peligroso".