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Los alimentos en la Ciudad de México subieron de precio como no se veía desde finales del año pasado, debido a que los comerciantes quieren sacar tajada de la temporada decembrina, porque sus costos han subido por las gasolinas y los problemas de inseguridad.
Cifras del Inegi señalan que el precio promedio de los alimentos subió 1.1% en la primera mitad de noviembre frente a la segunda quincena de octubre, siendo el mayor encarecimiento desde principios de diciembre del año pasado.
Las frutas y verduras fueron los productos que más se incrementaron en la quincena, entre los que destaca el nopal, cuyo precio promedio repuntó 35.6%, al pasar de 18.8 a 25.5 pesos por kilo.
Le siguió el jitomate, de 24.3 a 29.3 pesos por kilo, un aumento de 20.7%; la guayaba, cuyo precio se incrementó 14.4% en las primeras semanas de noviembre, mientras que el tomate verde se elevó 12.5% y el durazno, 11.1%.
Los comerciantes quieren “hacer su agosto”, porque están conscientes de que los mexicanos estarán obligados a comprar alimentos por las celebridades de fin de año y algunos cuentan con ingresos extra, como el aguinaldo, reconoció Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Explicó que los comercios han sido afectados por las gasolinas, cuyo costo ha encarecido el traslado de mercancías a la Ciudad de México, en particular el de las que provienen del campo.
Los problemas de inseguridad también han propiciado que los alimentos suban de precio, porque cuando los proveedores perciben mayor riesgo de ser víctimas de la delincuencia tienden a encarecer el abasto para los comercios.
Muchos negocios pequeños han tenido que cerrar más temprano por la inseguridad, explicó el líder empresarial en entrevista con EL UNIVERSAL. Denunció que hay burbujas especulativas en el mercado de alimentos actualmente, tanto en el suministro como en la comercialización.
Desde su perspectiva, el precio más alto de los alimentos ha comprometido la calidad de vida de las familias mexicanas.
“El 2019 fue un año perdido para los pequeños comercios, fue un año en el que la economía mexicana se estancó y después cayó en recesión”, expresó Rivera.
La Anpec no cree que los alimentos bajen de precio durante los primeros meses de 2020, debido a la lenta actividad económica y porque no percibe un freno a la inseguridad, particularmente a la que padecen los productores del campo, que ha obligado a algunos a pagar un peaje a la delincuencia.
“Nosotros, como comerciantes, no podemos ir con la idea de que vendrán tiempos mejores, [tampoco] podemos ser optimistas inocentes”, consideró el presidente de la organización.