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En 2030, las ventas de autos híbridos y eléctricos podrían alcanzar las 316 mil 856 unidades lo que representaría una penetración de 19% del total de ventas de vehículos en México, de acuerdo con un estudio de la consultora Frost & Sullivan.
Este volumen de ventas no considera ningún cambio en el esquema de incentivos para adquirir estos autos y sin alguna estrategia por parte del gobierno para promover la adopción de vehículos híbridos y eléctricos.
En cambio, si se adoptara una política integral de promoción de la electromovilidad, la penetración de este tipo de vehículos podría incrementarse hasta 39% por ciento del total de ventas de vehículos ligeros en México en 2030.
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“De no haber una política y estrategia para la promoción de vehículos híbridos y eléctricos, que incluya un esquema de incentivos que afecte directamente el precio de los vehículos y la manufactura de los mismos, difícilmente se logrará alcanzar las metas de reducción de emisiones y los compromisos internacionales adquiridos por el gobierno mexicano”, señala el estudio “Recomendaciones para una Política Nacional de Electromovilidad” de la firma elaborado para la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Durante la presentación del estudio, José Zozaya, presidente ejecutivo de la AMIA enfatizó que el estudio comisionado consistió en un análisis del mercado, así como de la manufactura de este tipo de vehículos, una revisión del estado actual de infraestructura de carga, las necesidades de los clientes actuales y potenciales, así como un comparativo internacional de buenas prácticas.
“Con base en estos análisis, se llegó a la serie de recomendaciones plasmadas en el estudio, y a los análisis del impacto que éstas tendrían para asegurar que México sea un jugador internacional en esta nueva etapa de la industria”, agregó.
De acuerdo con el estudio, México debe contar con una política nacional para la transición ordenada hacia la electromovilidad que contemple tres objetivos primordiales: incentivos a la producción y al consumo; el desarrollo de infraestructura de carga a nivel nacional; y la disponibilidad de energías limpias suficientes y asequibles.
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Con esta política, no solo se posicionaría a México como un jugador líder a nivel global en manufactura de vehículos electrificados y como centro de manufactura y proveedor confiable de una cadena sólida de suministro dentro de América del Norte, sino también, continuaría reduciendo las emisiones GEI y contribuiría al objetivo de descarbonización.
A su vez, el estudio señala que los consumidores están dispuestos a adoptar vehículos con tecnologías más avanzadas apoyados por incentivos que les faciliten la adquisición y uso.
En México existen alrededor de mil 336 estaciones de carga pública o semipública, con un total de 3 mil 206 conectores, o sea, 2.4 de conectores por estación.
Y si bien es el país con la red de carga más grande de América Latina, aún está por debajo de los países que más han avanzado en el mundo.
Lorena Islas, directora de Consultoría para América Latina Frost & Sullivan destacó la importancia de establecer una política y estrategia para incentivar la promoción de vehículos híbridos y eléctricos de la mano de un esquema de incentivos que impacte directamente el consumo de los vehículos y la manufactura de éstos, para lograr las metas de reducción de emisiones contaminantes y los compromisos internacionales adquiridos como país.
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