La decisión del gobierno de limitar el impulso a las energías renovables, así como su respuesta a la pandemia de Covid-19, ponen a las emisiones contaminantes del país en una trayectoria ascendente, por lo que es probable que aumenten entre 13.8% y 25.2% entre 2020 y hasta 2030, mostró un reporte del Instituto de las Américas.
De acuerdo al informe Contribuciones nacionalmente determinadas en las Américas: un análisis hemisférico comparativo, realizado por la institución con sede en La Jolla, California, actualmente México ocupa el lugar 12 en el ranking de países más contaminantes, con un nivel promedio de emisiones de bióxido de carbono (CO2) de 680 mil toneladas anuales.
Ese nivel llegaría a 774 mil u 852 mil toneladas de CO2 anuales en los próximos 10 años considerando las políticas energéticas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Incluso, advierte que el “objetivo provisional de [generar] 35% de electricidad limpia para 2024 también se quedará corto”.
El gobierno de México, añade el reporte con fecha de octubre pasado, “está favoreciendo ahora los combustibles fósiles con la construcción de una nueva refinería, una nueva asignación presupuestaria para la modernización de las centrales eléctricas de carbón, diesel, gas y petróleo, y la cancelación de las subastas de energía a largo plazo”.
Afirma que el reciente proyecto del gobierno al sector eléctrico frena las inversiones privadas y “da prioridad a las viejas centrales eléctricas de combustibles fósiles del gobierno”.
Además, la reforma propuesta podría forzar cambios en el orden de despacho de la electricidad que aumentarían las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), alerta el texto.
Objetivos complejos
El estudio subraya que los retos a los que se enfrentan muchos países en vías de desarrollo y mercados emergentes —en particular los de América Latina y el Caribe— para cumplir con sus respectivas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), son muy complejos, aún más por las realidades creadas por la pandemia de Covid-19.
Las metas de Colombia son las más ambiciosas de la región, puesto que incrementó el objetivo de reducción de emisiones de 20% para 2030 que figuraba en su NDC de 2015, a 51% en su actualización de 2020.
“En contraste, países como Brasil y México —responsables de más de 50% de las emisiones totales de la región— están rezagados en comparación con los esfuerzos colectivos para hacer frente a la crisis climática.
“Además, las acciones de ambos países podrían tener efectos negativos en toda ALC. En ambos casos, sus NDCs actualizadas no son más ambiciosas, y sus respectivos gobiernos aplican políticas y normativas que podrían, de hecho, revertir los esfuerzos de mitigación”, agrega.
Tanto México como Brasil, destaca el reporte, “si antes no estaban en vías de cumplir sus compromisos, sus emisiones están en una tendencia al alza”.
De México, revela que, la administración “había sido líder regional en la lucha contra el cambio climático, tanto a nivel nacional como internacional”.
Brasil es quizás el único caso de uno de los grandes emisores del mundo que ha reducido la ambición de sus NDCs en cuanto a los objetivos de emisión de GEI y ha prescindido de un componente de adaptación en su actualización de 2020.
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