OMAHA, Nebraska — Cualquiera que haya encendido la parrilla este verano sabe que las hamburguesas y los filetes son caros, pero las cifras más recientes muestran que los han alcanzado niveles récord.

Y los expertos aseguran que los consumidores no deberían esperar que eso vaya a cambiar pronto.

El precio promedio de 454 gramos (una libra) de carne molida subió a 6.12 dólares durante el mes de junio, un aumento de casi el 12% respecto al año anterior, según datos del gobierno de El precio promedio de todos los filetes crudos de res subió 8% a 11.49 dólares por libra.

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Foto: Archivo EL UNIVERSAL
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Pero no se trata de un fenómeno reciente. Los precios de la carne de res han ido en aumento constantemente durante los últimos 20 años ya que la oferta de ganado sigue siendo limitada mientras que la carne de res sigue siendo popular.

De hecho, los rebaños ganaderos de Estados Unidos se han ido disminuyendo constantemente durante décadas. Al 1 de enero, el país tenía 86.7 millones de cabezas de ganado y terneros, 8% menos que el pico más reciente, alcanzado en 2019. Se trata de la menor cantidad de ganado desde 1951, según el Departamento de Agricultura.

Muchos factores, como la sequía y los precios del ganado, han contribuido a este declive. Y ahora la aparición de un molesto en México y la perspectiva de aranceles generalizados podrían reducir aún más la oferta y aumentar los precios.

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Hato más pequeño

La industria de la carne de res en Estados Unidos ha mejorado en la cría de animales de talla más grande, por lo que los ganaderos pueden proporcionar la misma cantidad de carne con menos ganado, dijo David Anderson, economista ganadero de Texas A&M.

Luego, en 2020, comenzó una sequía de tres años que afectó los pastizales y aumentó los costos del alimento para el ganado, según la American Farm Bureau. Desde entonces, la sequía ha seguido siendo un problema en todo el oeste del país, y el precio del alimento ha incrementado la presión sobre los ganaderos que ya operan con márgenes de ganancia reducidos.

En respuesta, muchos agricultores sacrificaron más vacas de lo habitual, lo que ayudó a las reservas de carne a corto plazo pero redujo el tamaño de los rebaños a futuro. La menor oferta de ganado ha elevado los precios.

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En los últimos años, los precios del ganado se han disparado, de modo que cada animal se vende por miles de dólares. Los precios recientes muestran que una cabeza de res se vende por más de 230 dólares por quintal, o cien libras.

Esos precios más altos dan a los ganaderos un mayor incentivo para vender vacas en este momento y registrar ganancias en lugar de mantenerlas para la cría, dado que los precios en los próximos años podrían disminuir, destacó Anderson.

"Para ellos, la cuestión es, '¿Vendo ese animal ahora y recibo este cheque récord?' O '¿la conservo para obtener sus rendimientos a lo largo de su vida productiva una vez que tenga terneros?'", comentó Anderson. "Y así es este acto de equilibrio y hasta ahora el lado que ha estado ganando es vender la vaca y recibir el cheque".

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Gusano barrenador: una de las posibles causas

La aparición de una plaga devoradora de carne en los rebaños de ganado en México ha puesto presión adicional sobre la oferta, debido a que las autoridades suspendieron todas las importaciones de ganado provenientes del sur de la frontera el año pasado. Aproximadamente el 4% del ganado que alimenta Estados Unidos para el sacrificio de carne proviene de México.

La plaga es la mosca del del Nuevo Mundo. Las moscas hembras ponen huevos en las heridas de animales de sangre caliente. Las larvas que eclosionan son distintas a las de otras moscas al alimentarse de carne y fluidos vivos en lugar de materia muerta. Las autoridades estadounidenses temen que si la mosca llega a Texas, sus larvas podrían provocar grandes pérdidas económicas, tal como lo hicieron hace décadas antes de que Estados Unidos erradicara la plaga.

El economista agrícola Bernt Nelson de la Farm Bureau aseguró que la pérdida de tantas cabezas de ganado ha puesto una mayor presión sobre la oferta, que está ayudando a impulsar el aumento de los precios.

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Foto: Istock/Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural
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Aranceles de Trump ya comienzan a afectar al sector de cárnicos

Los aranceles que ha implementado el presidente Donald Trump aún no han tenido un impacto importante en los precios de la carne de res, pero podrían ser otro factor que impulse el aumento de los precios ya que Estados Unidos importa más de 1.8 millones de kilogramos (cuatro millones de libras) de carne de res cada año.

Buena parte de lo que se importa son cortes de carne magra que las empacadoras de carne mezclan con carne más grasosa producida en Estados Unidos para producir las variedades de carne molida que desean los consumidores nacionales. Mucha de esa carne magra proviene de Australia y Nueva Zelanda, que sólo recibieron un arancel del 10%, pero parte de ella proviene de Brasil, donde Trump ha amenazado con aranceles de hasta el 50%.

Si los aranceles se mantienen a largo plazo, las procesadoras de carne tendrán que pagar precios más altos por la carne magra importada. No sería fácil para los productores estadounidenses reemplazarla, ya que el sistema del país está orientado a producir carne más grasosa conocida por los filetes marmoleados.

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Precios probablemente seguirán altos

Es el apogeo de la temporada de parrilladas y la demanda de carne de res en Estados Unidos sigue siendo fuerte, lo que, según el economista agrícola de la Universidad Estatal de Kansas, Glynn Tonsor, ayudará a mantener los precios más altos.

Si los precios se mantienen tan elevados, es probable que los compradores comiencen a comprar más carne para hamburguesas y menos filetes, pero eso aún no parece estar sucediendo de manera generalizada y la gente tampoco parece estar comprando pollo o cerdo en lugar de carne de res.

Nelson dijo que la sequía ha disminuido recientemente, lo que ha permitido que las condiciones de los pastizales mejoren, y los precios de los granos han bajado gracias a la caída en la demanda de exportación de maíz debido a los aranceles. Esos factores, combinados con los , podrían persuadir a más ganaderos a conservar sus vacas y criarlas para expandir sus rebaños.

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Incluso si los ganaderos deciden criar más ganado para ayudar a reemplazar esas importaciones, la crianza tomaría al menos dos. Y no estaría claro si eso es lo que está sucediendo sino hasta más adelante en el otoño, cuando los ganaderos suelen tomar esas decisiones.

"Todavía tenemos muchas barreras para hacer crecer este hato", dijo Nelson. Sólo hay que tomar en cuenta que un joven agricultor que quiera agregar 25 vacas preñadas a su hato debe estar preparado para gastar más de 100 mil dólares en una subasta en un momento en que los costos de los créditos siguen siendo altos.

Por lo general, hay una disminución estacional en los a medida que la temporada de parrilladas disminuye en el otoño, pero es probable que la caída de esos precios sea modesta.

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ss/mgm

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