Cancún, QR.— Entre dos y hasta tres de cada 10 litros de gasolinas que se comercializan en el país son robados, reveló Roberto Díaz de León, presidente de la Onexpo Nacional.
“No hay competidor más des- leal que el huachicolero”, porque controla un amplio espacio del mercado, dijo el líder del organismo que aglutina a las asociaciones de empresarios gasolineros más importante del país.
Explicó que algunos litros robados se logran recuperar cuando se realizan operativos, como los que se han llevado a cabo en aduanas de la frontera norte.
“El problema es que sólo se recuperan volúmenes robados en operativos, pero son intermitentes, y se deben realizar con mayor frecuencia para inhibir el huachicoleo fiscal”, dijo.
En la inauguración del Congreso Punto de Reencuentro, Cancún 2021, realizado por la Onexpo, el representante puntualizó que el contrabando de combustibles se concentra en la frontera norte, particularmente en Tamaulipas, mientras el robo se agrupa en Puebla y Sinaloa, mediante tomas clandestinas.
Expuso que la venta de productos de procedencia ilícita se presenta en estaciones de autoabasto, como las que operan para el transporte público federal de carga y pasaje, pero también en estaciones establecidas.
Reconoció que persisten presiones del crimen organizado para apropiarse de estaciones.
“Creemos, como organización, que una mayor vigilancia de las autoridades de los tres órdenes de gobierno es fundamental y se debió haber hecho desde hace mucho tiempo, para dar tranquilidad para la perspectiva del mercado”, agregó.
Desde su punto de vista, lo ideal es disponer de un programa permanente de certificación, debido a que el mercado de comercialización de gasolinas y diesel está muy regulado y estima que, actualmente, por diferentes razones operativas de la Comisión Reguladora de Energía, se tienen cerca de 350 permisos pendientes para construir u operar nuevas estaciones de servicio.
Considerando que una gasolinera requiere invertir aproximadamente 10 millones de pesos con un dispensario y, en promedio, cada una tiene tres dispensarios, una estación de servicio tiene un costo de 30 millones de pesos con 15 empleos indirectos. Esto sin tomar en cuenta el gasto en el terreno, equipamiento y puesta en marcha.
Dado que hay 350 permisos pendientes, “estamos hablando de que son 10 mil 500 millones de pesos que no se están moviendo”, consideró el empresario.
El líder de la Onexpo adelantó que el sector “va a ir cambiando la propuesta, se va a reconfigurar y es posible esperar que varios competidores se retiren, pero habrá otros que lleguen”.
Actualmente, operan en el país 12 mil 850 estaciones de servicio, de las cuales 4 mil 322 venden combustible con marca diferente a Pemex.