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La pandemia vino a modificar nuestras finanzas: factores como gasto recortado, deudas, poco o nulo ahorro que pueden desencadenar estrés económico, incertidumbre, angustia, presión o cansancio y, de no ser controlados, podrían convertirse en problemas de salud mayores.
Otros factores desencadenantes del estrés financiero son el desempleo , los gastos descontrolados o imprevistos, endeudamiento o la quiebra de un negocio o proyecto, explicó Leonardo González, analista de bienes raíces del portal financiero Propiedades.com.
Para evitar una situación desesperante como lo es el estrés de este tipo, el portal inmobiliario sugiere lo siguiente:
Lleva el control de tus gastos
Organiza tu dinero y pon mucha atención a lo que ganas, y cuánto y cómo lo gastas al mes, pues de acuerdo con González, no llevar un registro presupuestal de los ingresos y gastos puede generar también estrés financiero.
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De igual manera, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros ( Condusef ) dice que una regla financiera básica para tener el control de tus finanzas es que el pago de tus deudas no sea mayor al 30% de tus ingresos netos.
Reevalúa tus necesidades
Pregúntate si los servicios o productos que pagas realmente son de primera necesidad; si no lo son, puedes prescindir de ellos para reducir gastos y ahorrar ese dinero.
Vive de acuerdo a tu realidad
Si vives en una zona donde la renta no se ajusta a tu presupuesto, plantéate buscar un nuevo hogar en otra colonia que no te suponga mucho gasto. Lo ideal es que se destine 30% de los ingresos en el pago de la vivienda, ya sea en renta o hipoteca, dijo González.
En caso de que quieras reducir deudas, la Condusef recomienda enlistarlas sacando tus estados de cuenta y haciendo una lista de todas ellas con los siguientes datos: nombre de la tarjeta, saldo total de la deuda, tasa de interés, cantidad de pago mínimo y fecha límite de pago.
Posteriormente tienes dos opciones: enlistarlas de la deuda más grande a la más pequeña y así concentrarte en las de carácter más alto con aportaciones mensuales; o bien ordenarlas conforme a la mayor tasa de interés para destinar la mayor cantidad de dinero para liquidar la deuda más cara.
Esta última opción es la más recomendable, porque así terminarás de pagar la deuda que genera más intereses.
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