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La población mexicana está envejeciendo y cada vez más mexicanos están en etapa de retiro o próxima a esta, por lo que ellos se enfrentan ante disyuntivas propias de la edad, tales como si su pensión será suficiente —en el caso de que alcancen pensión— o qué harán con tanto tiempo libre, luego de estar acostumbrados al trabajo durante toda su vida.
Así, ya sea por necesidad o por oportunidad, aquella generación, los baby boomers —aquellos individuos fruto de la felicidad del término de la Segunda Guerra Mundial— está pensando en las alternativas que surgen para cuando llegue la época de retiro. ¿Qué voy a hacer para cuando me retire? ¿Pongo un negocio? Si estás en esta disyuntiva, no eres el único.
En México, el aumento de emprendedores de mayor edad durante los últimos años ha repuntado, al menos según los datos que arrojó la última edición del Global Entrepreneurship Monitor en 2015. Mientras que en 2011 los emprendedores del grupo de edad entre 55 y 64 años representaban 6.4% del porcentaje de la población en cuanto a la actividad emprendedora temprana (TEA) —es decir, de las empresas nacientes que tienen menos de 3.5 años de operar—, en 2015 representaron 14.7, un crecimiento de más del doble en cinco años.
Pero este aumento no sólo se ve en estas latitudes. El estudio El auge emprendedor que viene, realizado por la Kauffman Foundation en 2009, ya señalaba una tendencia a la alza de este fenómeno, al diagnosticar que Estados Unidos vivía un resurgimiento del emprendimiento, “no a pesar de la población que cada vez envejecía más sino a causa de esta”. Lo que este informe encontró es que cada vez más baby boomers se convierten en emprendedores.
“El decline de los empleos que eran para toda la vida, la experiencia y el conocimiento de este grupo, una mayor esperanza de vida, y el efecto de la recesión son todos factores que contribuyen al aumento de la actividad emprendedora en la generación baby boomer”, señala este estudio. Otro análisis titulado Senior Entrepreneurship realizado por el Global Entrepreneurship Monitor, confirma que la crisis económica de 2008 tuvo un efecto en el ingreso, lo cual contribuyó al aumento de la actividad emprendedora entre esta generación.
Pero ya desde antes se veía el aumento: En cada año entre 1996 y 2007, aquellos entre 55 y 64 años tuvieron una tasa más alta de actividad emprendedora que aquellos entre 20 y 34, según la Kauffman Foundation.
En México, el contexto es similar en algunas cosas. Los trabajos para toda la vida también se acabaron, la esperanza de vida ha aumentado, el sistema de pensiones es a todas luces insuficiente para otorgarle a la mayoría de los mexicanos un retiro digno y además, los salarios son lo suficientemente bajos para dejar a los mexicanos que están en etapa laboral y que se encaminan hacia el retiro con pocas posibilidades de tener recursos suficientes para ahorrar para cuando dejen de trabajar. A esto se aúna, por supuesto, nuestra poca cultura de ahorro para el retiro.
Lo que es un hecho sobre estos emprendedores, no sólo en México sino a escala global, son vitales para las economías, tanto desarrolladas como emergentes, como la mexicana.
“Los empresarios senior desempeñan un papel vital en la economía y es importante para ellos prosperar para no colocar una carga financiera en la sociedad y para contribuir en la economía del país”, por lo que el mundo está “empezando a entender cómo estos emprendedores llenos de experiencia tanto laboral como de vida, redes de networking profundas y la fuerza de permanecer productivos son una fuente enorme sin explotar”, señala el GEM.
Esta parte de la población es una enorme recurso sin explotar ya que es una fuente de conocimiento y experiencia que perfectamente puede usar estos conocimientos para hacer algo en su etapa de retiro. Así que, si estás en esta etapa, tienes saber que lo puedes hacer, pero que tienes que planearlo con base en varias premisas. Primero, que en esta etapa es necesario cuidar y mantener los recursos que se tienen. No es precisamente un momento de la vida en el que arriesgar de más sea una buena idea.
“Muchos piensan en poner una cafetería y yo lo primero que les digo es que no lo hagan. Tienen que entender muy bien qué es lo que está detrás de un negocio para que esto no termine siendo contraproducente”, explica Alejandro Saracho, especialista en finanzas personales.
Así, es importante reducir al mínimo los riesgos a la hora de emprender un negocio en esta etapa de la vida, porque el ciclo de generación de ingresos en el que estás lo exige, ya que ya pasaste tu etapa más productiva de la vida.
“Cuando te jubilas ya no estás en una edad en la que puedes arriesgar como cuando estás joven, estas en una etapa en la que tienes que cuidar lo que tienes”, explica Saracho.
Por todo esto, necesitas asegurarte o al menos reducir todos los riesgos posibles para que funcione. Primero, es necesario investigar si hay un mercado dispuesto a satisfacer sus necesidades en esta empresa. Es un consejo que se les da a los emprendedores de cualquier edad, pero que toma mayor relevancia en estos momentos.
“Primero tienes que asegurarte que existe una demanda de lo que quieres hacer, es decir, gente que quiere comprar algo”, recomienda el especialista. Este es un error que comúnmente cometen los emprendedores de esta edad, explica Ryan Levesque, un consultor y experto en marketing, el cual escribe un texto sobre los principales errores de estos empresarios para el sitio The Boomer Business Owner, el cual está especialmente dirigido a este público.
“La gente compra un producto no por el producto, sino porque les ayuda a resolver un problema, si no, no lo comprarán”, asegura. Así, ya que escogiste qué problema quieres resolver, viene la búsqueda de respuestas. La recomendación es preguntarle a la gente cuál es el principal riesgo o frustración relacionada con ese problema ya que esto te va a dar retroalimentación de qué tan urgente es el problema.
“Es decir, qué tan responsivo va a ser el mercado”, explica el experto. Haz una encuesta y pregúntale a la gente no lo que quieren, sino lo que no quieren. La pregunta sugerida es: “¿Cuál es el obstáculo o reto más importante que tienes ahora mismo con determinado problema?”.
Si la gente te da respuestas cortas, muy probablemente la gente no gastará mucho dinero en resolver ese problema. Si tienes respuestas largas y apasionadas, hay una gran oportunidad de que la gente gaste dinero en ello, recomienda el especialista. Mira el porcentaje de gente que da respuestas largas y apasionadas.
Levesque tiene un libro al respecto en el que lo explica más detalladamente.
“Primero valida que esto funciona a través de la demanda y luego abre un negocio, nunca al revés”, asegura Saracho. Pon atención en no perder dinero, no inviertas tus recursos hasta que estés completamente seguro de que este negocio tiene posibilidades de funcionar, porque recuerda que ese dinero es con el que vas a retirarte
y si lo empleas mal, puedes meterte en problemas financieros.
No te comprometas con la apertura de un local ni con otros gastos relacionados hasta que te asegures que vas a tener compradores. “Primero asegúrate que desde tu casa puedes hacer algunas transacciones antes de meterle dinero a ello. Ya con esto, puedes desarrollar a detalle el producto”, recomienda Alejandro.