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La divisa mexicana terminó julio cotizando en 16.75 pesos por dólar al mayoreo, lo que significó una apreciación de 2.13% o 37 centavos respecto al cierre de junio pasado, ligando siete meses consecutivos de ganancias por primera vez desde el periodo de enero a julio de 2008.
De esta forma, en los primeros siete meses del año el peso reportó una apreciación de 14.0% o 2.73 pesos ante la divisa estadounidense, su mayor ganancia para dicho lapso desde 2017, cuando reportó un beneficio de 14.11%, de acuerdo con información de Bloomberg.
Cabe destacar que este es el tercer periodo enero-julio consecutivo en que la paridad registra una ganancia frente al dólar.
De esta forma, la divisa mexicana se ubica entre las monedas más apreciadas en dicho periodo, sólo superada por el peso colombiano, que registró una ganancia de 19.4%, pero por arriba del real brasileño, con un beneficio de 10.6%; la libra esterlina, 5.7%, y el forinto húngaro, con 5.4%.
El dólar al menudeo terminó junio en 17.16 pesos a la venta en ventanillas de bancos, 13.98% o 2.79 pesos por debajo del cierre del año pasado, de según CitiBanamex.
La apreciación del peso sigue estando apoyada en los flujos de dólares que llegan al país por exportaciones, remesas, inversión extranjera directa y por la preferencia a nivel internacional de invertir en pesos ante el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos, así como la oportunidad de crecimiento que brinda la relocalización de inversiones (nearshoring).
Durante julio, la divisa mexicana llegó a tocar un mínimo de 16.62 pesos por dólar, su nivel más bajo desde el 2 de diciembre de 2015. Un cierre por debajo de este nivel elevaría la probabilidad de que la cotización busque el objetivo de las 16.55 unidades. En la parte alta, la media móvil de 20 días, es decir, 16.90 pesos, continúa operando como resistencia inmediata, comentaron especialistas de Monex.
La idea de lograr un aterrizaje suave —la posibilidad de una ralentización sin un enfriamiento completo de la economía que lleve a una recesión— vuelve a cobrar fuerza, por lo que aumenta el atractivo por activos de mayor riesgo, y entre ellos monedas como el peso, comentó James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CI banco.
Esto le dio fuerza a la moneda mexicana para romper el piso de 17 unidades y, no sólo eso, sino que ha logrado consolidarse varios días debajo de ese nivel.
A partir de septiembre, el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, no solamente de forma nominal, sino real, una vez descontada la inflación, va a empezar a cobrar un poco más de fuerza y, a cierto nivel, provocará presión en el tipo de cambio, según estimó James Salazar.
Por lo pronto, las expectativas para el tipo de cambio peso-dólar al cierre de 2023 se ubican ahora por debajo de 18.0 pesos.
El consenso estima la paridad en 17.95 unidades al cierre de año, menor que la proyección de 18.30 en la encuesta anterior que realiza CitiBanamex entre las principales instituciones financieras que operan en el país.
Por lo que se refiere al desempeño de los mercados accionarios, en julio pasado el Nasdaq presentó un avance de 4.0%, el Dow Jones, de 3.3%, y el S&P, de 3.1%, registrando rendimientos acumulados en el año de 37.7%, 19.5% y 7.3%, respectivamente.