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El esquema de otorgamiento de subsidios a la vivienda en pasadas administraciones ocasionó una distorsión en la colocación de créditos hipotecarios, pues el apoyo económico no se entregaba directamente a los acreditados, sino a las vivienderas, dijo Carlos Martínez, director del Infonavit.
Esto ocasionó que de las 100 mil viviendas colocadas en 2010 mediante algún subsidio, actualmente 14% están abandonadas, afirmó. Y en 2014, cuando se dio la mayor cantidad de subsidios a la vivienda, por 11 mil millones de pesos, de las 120 mil viviendas que se colocaron con apoyo gubernamental, 6% terminaron abandonadas.
“Una vez que se pactaba la compra a través del Infonavit, se registraba el subsidio y se le daba al desarrollador junto con el crédito”, explicó Martínez en entrevista con EL UNIVERSAL.
“Los desarrolladores se convirtieron en la fuerza de venta del Infonavit, buscaban colocar casas a toda costa y desarrollaban con base en que iba a haber subsidio”.
“Eso salía del mismo subsidio y era incentivar la colocación de créditos, ya que no había un control férreo del instituto. El acreditado, al querer dinero líquido, firmaba la hipoteca y se le empezaba a descontar por medio del Infonavit, y en un rato abandonaba la casa”.
Para el director general del Infonavit, un diseño más inteligente hubiera sido que el subsidio fuera amortizando distintas mensualidades a lo largo del crédito, como un apoyo real al trabajador.
Este diario publicó ayer que la decisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de eliminar los subsidios a la vivienda afectó la comercialización de las casas más económicas, impactando a las familias de menores ingresos.
Según cifras de la Comisión Nacional de Vivienda, en el primer trimestre del año la vivienda con valor de entre 317 mil y 537 mil pesos cayó 31%, a un total de 37 mil 57 casas-habitacionales colocadas, tras la desaparición del apoyo.
El subsidio se otorgaba a derechohabientes del Fovissste, Infonavit o personas no afiliadas, por un monto de hasta 85 mil 700 pesos para comprar vivienda, aunque para ampliar o remodelar se podía dar hasta tres veces.
El director general del instituto agregó que los subsidios distorsionaron el mercado, pues cuando los desarrolladores contaban con este apoyo como parte de sus esquema financiero aumentó el precio de las viviendas, y cuando se retiró el apoyo gubernamental ya había en el mercado casas más caras que no eran compatibles con los montos de crédito que daba el Infonavit.
“Todo se estaba distorsionando por esa medida. Ahora, lo que estamos haciendo de manera prudente y a favor del trabajador y del desarrollo del mercado es, finalmente, quitar estas distorsiones y hacer un mercado mucho más sano, que no depende del Congreso, por ser responsable del presupuesto, ni de las políticas de la Sedatu, sino que al aumentar los montos el trabajador tiene la posibilidad de comprar una vivienda”, indicó.
A partir del 3 de julio el Infonavit aumentó los montos máximos de crédito para personas que ganan menos de 7 mil pesos mensuales. Con esta medida se espera colocar 12 mil viviendas.