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La calificadora Standard and Poor’s ajustó de nueva cuenta su pronóstico de crecimiento para México, de 1.3% a 0.4% para 2019.
“En México, los datos han sido significativamente más débiles de lo que esperábamos, con una disminución de la inversión de 4% en la primera mitad del año. Los retrasos en la inversión pública, que son típicos durante una transición en el gobierno, explican parte del deterioro, pero la inversión del sector privado también se está reduciendo en medio de la incertidumbre sobre la política de esta administración”, dijo la agencia.
Para 2020, la calificadora también recortó su expectativa de crecimiento, bajándola de 1.8% a 1.3%.
Explicó que en México las débiles perspectivas de crecimiento del Producto Interno Bruto y las decisiones gubernamentales han socavado la confianza de los inversionistas, quienes continúan manteniendo el gasto de capital en niveles bajos.
La calificadora resaltó que México lleva a cabo cambios sustanciales en sus políticas económicas en el gobierno del Presidente de México.
“López Obrador favorece un papel económico más importante para las empresas estatales y del sector público. El Presidente cambió la política del gobierno para reducir la participación del sector privado en el sector de la energía, colocando una carga adicional en Pemex. Eso, junto con otros temas, como la decisión de cancelar un nuevo proyecto de aeropuerto, han perjudicado la confianza de los inversionistas y frenado el crecimiento del PIB”, explicó
la calificadora.
Menor crecimiento del crédito. Standard and Poor’s añadió que la demanda de crédito se ha desacelerado, sin que afecte a las instituciones financieras.
“En México, el crecimiento de los préstamos sigue moderándose debido al estancamiento de la economía. En particular, los préstamos corporativos y comerciales, que representan alrededor de 65% del total de préstamos y el motor del crecimiento del crédito, se están desacelerando debido a la falta de demanda de crédito a la luz de la baja inversión y el debilitamiento del consumo. Sin embargo, las métricas de calidad de los activos siguen siendo resistentes”, comentó.
Añadió que las corporaciones mexicanas no financieras probablemente enfrentarán vientos en contra por el debilitamiento de la economía, con lo que su rentabilidad puede verse afectada.