La teoría de la womenomics (también conocida como “feminomía”), según la cual incrementar la participación de la mano de obra femenina impulsa el crecimiento económico, fue popularizada hace casi tres décadas por una antigua ejecutiva de Goldman Sachs llamada Kathy Matsui, como resultado de su estudio de los desequilibrios de Japón. El FMI, el Banco Mundial y la OCDE han promovido siempre tesis similares: invertir en una mayor participación de la mano de obra femenina en el trabajo compensa con un incremento del PIB. En 2015, McKinsey expresó esa idea en cifras. Calculó que el resultado económico global a lo largo de la década siguiente podría aumentar en 28 billones de dólares, si las mujeres desempeñaran un papel idéntico al de los hombres en el mercado laboral.
En una economía mundial que se tambalea a la merced de crisis y de cambios profundos, ¿sigue siendo de aplicación esta teoría? Puede que más que nunca.
La economía global se enfrenta ahora a una tasa de crecimiento en mínimos históricos, con un 2.8% este año. En economías avanzadas, la previsión es de solo 1.4%, mientras que para las economías emergentes y en vías de desarrollo es de 3.7%. El viento en contra a corto plazo es síntoma de una trascendental transformación a largo plazo, generada por la tecnología y la geopolítica, y que hace que prácticamente cualquier tipo de indicador sea mucho más incierto y difícil de predecir.
En este contexto, los países buscan estrategias para impulsar su crecimiento a través de medidas de ámbito nacional por un lado y, por otro, buscan formas de conseguir una ventaja competitiva en el nuevo entorno geoeconómico. Trabajan para conseguir más acuerdos comerciales regionales y bilaterales, conseguir políticas industriales, a menudo, con consideraciones de seguridad y de autosuficiencia, impulsando la demanda y el consumo de ámbito local, y poniendo el objetivo en atraer inversión local y extranjera para nuevas y emergentes áreas de crecimiento.
Un factor fundamental para materializar estos esfuerzos es el talento. En las últimas olas de globalización, muchos países compitieron basándose únicamente en la mano de obra barata. Pero eso ya no será suficiente. El comercio de mercancías y servicios requerirá habilidades más avanzadas para añadir más valor, impulsar la demanda nacional requerirá poner el foco de atención en los ingresos locales y en los comportamientos de gasto, y para atraer inversión será necesario poner el foco en la calidad del capital humano local.
En 109 de los 148 países analizados en el Informe global sobre la brecha de género de 2025 del Foro Económico Mundial, el número de mujeres matriculadas en estudios superiores es similar o superior al de los hombres. Y, pese a ello, los hombres continúan siendo 65% de los trabajadores sin estudios superiores y 60%, con estudios superiores. Entre las mujeres con estudios superiores, solo 29.5% alcanza puestos de liderazgo, pese a representar 40.3% del total de los trabajadores. Incluso para las mujeres con grados universitarios y másters, su representación en los puestos más altos se estanca por debajo de 31%. El talento de las mujeres sigue siendo un activo infrautilizado en buena parte del mundo.
La forma más barata de estímulo en una economía a la baja será, por tanto, poner a producir las inversiones que muchos países han realizado ya, introduciendo a las mujeres con estudios universitarios en el mercado laboral, incluidos puestos de dirección. Será especialmente necesario en un momento en que un espacio fiscal ya constreñido limita otras opciones.
La womenomics tiene, también, un segundo papel, que no menos importante, en una economía turbulenta lacerada por el conflicto geopolítico, amenazada por el cambio climático y enfrentada a los riesgos y las oportunidades de las nuevas tecnologías. Con frecuencia, para resolver problemas necesitamos una combinación de pensamiento, conocimiento y experiencia. Lo mismo ocurre con la creatividad necesaria para materializar la innovación en la forma de nuevas tecnologías y avances científicos. Así es en equipos y organizaciones. Un estudio ha concluido que 30% de participación de las mujeres en puestos de liderazgo podría aumentar hasta 6% los márgenes de beneficios netos.
Esta pauta es válida para países enteros. Las economías que aprovechan todo el espectro de su talento y capital humano son las mejor posicionadas para acelerar la innovación, la productividad y la prosperidad; más, si cabe, en un momento de niveles de incertidumbre sin precedentes. Mujeres y hombres, con porcentajes semejantes de participación y poder, trabajando juntos, pueden encontrar mejores soluciones y crear usos más holísticos para las nuevas tecnologías. Acelerar la paridad de género acelera la innovación.
Las presiones demográficas otorgan un tercer papel fundamental para la womenomics en un momento económico de incertidumbre. Con la excepción de países del África Subsahariana y algunos de los países asiáticos emergentes, buena parte del mundo se enfrenta al descenso de su población en edad activa. Alcanzó un pico en Alemania en 1986; en Estados Unidos, fue en 2007 y en China, en 2010. Incluso con la pérdida de puestos de trabajo a causa de la tecnología, se está produciendo un crecimiento neto de la demanda de talento para puestos demandados en agricultura, enseñanza, tecnología, salud, etc. En medio de la creciente polarización y la resistencia a la migración, una mayor participación de la mano de obra femenina será una necesidad matemática para mantener la productividad.
Con todo y con ello, la pregunta sigue siendo: ¿es posible el progreso?
En dos décadas de seguimiento del estado de la paridad de género, a pesar del leve movimiento en las medias globales, hemos concluido que la respuesta es un “sí” rotundo.
Desde 2006, la brecha de género se ha estrechado en el liderazgo económico (en más de 17 puntos porcentuales), en funciones profesionales y técnicas (en 7 puntos porcentuales), en educación superior (en casi 16 puntos porcentuales) y en representación tanto en gabinetes de gobierno como en órganos legislativos (casi 13 y 15 puntos porcentuales, respectivamente). Entre los 100 países que hemos estudiado de forma continua a lo largo de los años, 99 han reducido la brecha de género. Algunos de forma notablemente rápida, mediante una combinación de estrategia inteligente y política.
Las economías que han avanzado más rápido hacia la paridad incluyen Bangladesh, Etiopía, México, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Por regiones, América Latina y el Caribe dieron el mayor salto en estos años. Recortaron su brecha política y de empoderamiento en más de 22 puntos porcentuales. Si se mantiene este progreso al ritmo actual podría convertirse en la primera región que conseguirá eliminar la brecha general.
Evidentemente, existen peligros al acecho con los que habrá que lidiar. La tecnología está eliminando trabajos en los campos en los que trabajan la mayoría de las mujeres, y el uso generalizado de la IA puede afectar desproporcionadamente a los trabajos de oficina que desempeñan las mujeres. La fragmentación de las cadenas de suministro de comercio y globales puede hacernos retroceder décadas de progreso para las mujeres que han ido ganando un empleo formal en industrias impulsadas por la exportación, como el sector textil en países de ingresos bajos y medios. Además, economías asistenciales inadecuadas en la mayoría de los países están colocando desproporcionadamente la carga de los cuidados sobre mujeres que, en otras circunstancias, estarían ocupando trabajos formales.
Sin embargo, inversiones relativamente pequeñas en la infraestructura asistencial; recualificación y mejora de competencias con perspectiva de género, y apoyo en la transición laboral de las mujeres en sectores afectados por disrupciones comerciales y tecnológicas generarían enormes beneficios en forma de crecimiento, innovación y productividad
Quizás no sea un concepto nuevo, pero la womenomics es esencial para afrontar con éxito la nueva economía.
Directora del Centro para la Nueva Economía y Sociedad en el Foro Económico Mundial (WEF)
Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.