La iniciativa que avanza en la Cámara de Diputados para limitar la importación de maíz genéticamente modificado a solamente grano quebrado para uso distinto al consumo humano generará mayores costos, pérdidas de productividad y confrontaciones comerciales, consideró Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
En su opinión, la medida que se aprobó en la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados se traducirá en mayores costos por quebrar el maíz y por almacenamiento, porque en esta forma es más propenso a absorber humedad y requiere un manejo más cuidadoso.
“El maíz quebrado es más susceptible a la contaminación por hongos y podrá resultar en costos adicionales para pruebas de seguridad, manejo de riesgos o incluso rechazos de lotes contaminados”, dijo la firma consultora.
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Con ese tipo de maíz habrá productos de menor calidad, con menor rendimiento, lo que reducirá la rentabilidad al aumentar los costos de producción.
Además de que puede generar conflictos comerciales porque “la medida podría provocar tensiones con socios comerciales clave como Estados Unidos y Canadá, además de provocar tensión con las importaciones que provienen de países como Brasil y Argentina, comprometiendo las relaciones comerciales de México para un producto del cual somos deficitarios en producción”, explicó la consultoría.
Esta medida, de ser aprobada por el pleno, se sumará a la que generó un panel de controversia bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por la que se prohibió la importación de maíz transgénico para consumo humano, la cual entró en vigor el 13 de febrero de 2023, a fin de flexibilizar el decreto anterior que negaba la entrada total del grano genéticamente modificado.
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