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Los seis complejos que opera Petróleos Mexicanos (Pemex) están dando signos de recuperación a la tercera semana de febrero: elevan su capacidad de procesamientos; reducen a cero los paros no programados; empezó la reactivación de las refinerías de Salamanca, Madero y Salina Cruz, y elevan producción de gasolinas, diesel y turbosina.
Aunque los niveles de producción de combustibles siguen siendo bajos, de acuerdo con reportes a los que tuvo acceso EL UNIVERSAL, el Sistema Nacional de Refinación (SNR) parece haber tocado fondo y empieza a tener un repunte en sus principales indicadores.
En términos de producción de gasolinas —en sus tipos Magna y Premium—, entre la primera semana de enero y la tercera de febrero, aumentó 86.7%; la de diesel, 98.3%, y la de turbosina, 68.7%.
Las refinerías operadas por Petróleos Mexicanos producen gasolinas por arriba de los 200 mil barriles diarios, después de que estuvieron aportando 113 mil barriles en los primeros días de enero.
La plataforma de producción de combustibles automotores —213 mil barriles diarios en promedio durante las últimas dos semanas de febrero— representan 42.3% del máximo volumen alcanzado por Pemex en los últimos 29 años, enero de 2009, con 504.1 mil barriles por día.
De hecho, desde marzo del año pasado se registra una caída de la producción de estos combustibles, a grado tal que en diciembre el sistema produjo apenas 153 mil barriles diarios en promedio.
Además, en conjunto los seis complejos habían iniciado 2019 procesando apenas 309.5 mil barriles diarios, uno de los niveles más bajos de los últimos 25 años. Ahora producen 664 mil barriles, lo que representa un porcentaje de la capacidad instalada de 38.77%.
El número de paros que venían registrando, 48 en diciembre de 2018, se redujeron a 40 enero de 2019 y a cero en febrero.
Analistas del sector energético consideraron que es posible estar frente a un proceso de reactivación del sistema de refinación mexicano, “pero habrá que estar atentos a ver si el mantenimiento que reciben los complejos es preventivo o correctivo, lo que puede determinar el tiempo que tarden en presentarse o no nuevos paros”.
Hasta el cierre del tercer trimestre del año pasado, todavía estando al frente la pasada administración de Pemex, se argumentó, según los reportes operativos de la petrolera, que los problemas de capacidad de procesamiento y producción de gasolinas estaban ligados a “problemas operativos en las refinerías de Madero y Minatitlán. Después de concluir su programa general de mantenimiento, se identificaron problemas en otros equipos que han impedido alcanzar los niveles óptimos de proceso de crudo”.
Asimismo, el proceso de crudo según la pasada administración, se orientó a la producción de petrolíferos de alto valor, como gasolinas, turbosina y diesel.
“Para lograrlo resulta esencial continuar los programas de mantenimiento general y preventivo en todo el SNR y en línea con esta estrategia, en noviembre se recibirán cargamentos de petróleo crudo ligero para mejorar la dieta de petróleo que utilizan las refinerías, esto permitirá obtener productos destilados de mayor valor económico como gasolinas y diesel.
Incluso argumentaron que, “con relación al tercer trimestre de 2017, la producción de gasolinas aumentó en 3.5% o 7 mil barriles menos —en el tercer trimestre de 2018—”.
Sin embargo, entre abril —cuando se alcanzó el máximo nivel de producción de combustibles en 2018— y noviembre —cuando dejan la administración—, la producción de gasolinas se redujo de 276.8 mil a 177.6 mil barriles diarios, 35.8%.