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La interconectividad comercial, social y tecnológica, como característica central y consecuencia directa de la globalización, está impulsando cambios drásticos en las políticas comerciales, así como influyendo en las decisiones de los gobiernos de las principales potencias mundiales, lo cual impacta en áreas clave de los negocios, tales como la tecnología y la energía, las cadenas de suministro, las fuentes de inversión, el financiamiento y el talento.
Lo anterior ha generado un entorno volátil e incierto que exige un seguimiento más oportuno y estratégico a los riesgos geopolíticos. En este sentido, el estudio Top geopolitical risks 2025 de KPMG, identifica cinco amenazas prioritarias:
1.- Cambios en el poder global, los centros económicos y el comercio
El orden geopolítico se encuentra en una transformación marcada por una disminución en el liderazgo tradicional de ciertas potencias y el ascenso de otras con creciente influencia en la economía global y las políticas comerciales. Esta dinámica ha provocado cambios significativos, particularmente en sectores estratégicos como el tecnológico, energético, farmacéutico, de defensa y automotriz, incluyendo vehículos eléctricos, los cuales están creando incertidumbre para las empresas.
En este contexto, las tensiones comerciales entre grandes economías han puesto el enfoque en sectores clave como el de los semiconductores, fundamentales para el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y la inteligencia artificial generativa (IAGen), los centros de datos y la ciberseguridad. Esto ha llevado a las organizaciones a replantearse la configuración de sus cadenas de suministro y a reconsiderar las prioridades para seleccionar proveedores. Así, se vislumbra una posible redistribución de los centros económicos globales, con diversos países buscando ampliar su influencia.
2.- Entorno regulatorio y fiscal complejo y fragmentado
El panorama regulatorio actual presenta tres elementos clave:
- Altos niveles de complejidad y sanciones significativas en sectores como el financiero, de telecomunicaciones, energía, salud y alimentos
- Variabilidad en impuestos e incentivos fiscales por país o región
- Requerimientos crecientes de reporteo en materia ambiental, social y de gobierno corporativo (ASG), a pesar de cierta flexibilidad que se ha mostrado recientemente
Estos aspectos influyen en las decisiones de inversión, ya que la comparación entre los costos regulatorios y los tiempos de desarrollo de nuevos productos en mercados ampliamente regulados frente a otras opciones menos estrictas se vuelve crucial.
3.- Panorama tecnológico acelerado y altamente politizado
La transformación digital, impulsada por la IA, la IAGen y la automatización, muestra una rapidez sin precedentes; sin embargo, su adopción oportuna y segura representa un gran reto, además de un riesgo para quienes no logren implementarlas y adaptarse efectivamente. Algunos de los elementos a considerar para su despliegue son:
- Políticas relacionadas con el control de la producción, almacenamiento y uso de datos, así como su efecto en la competencia global por el acceso a tecnologías clave y materiales estratégicos, como los utilizados en semiconductores y centros de datos
- Infraestructura tecnológica y desarrollo de habilidades necesarias para su despliegue
- Mecanismos de protección ante amenazas de ciberseguridad relacionadas con factores ideológicos de clientes y países proveedores
4.- Amenazas múltiples a las cadenas de suministro, activos e infraestructura
Los conflictos armados han aumentado significativamente durante esta década, y su impacto regional afecta directamente las cadenas de suministro, generando volatilidad en los costos del transporte, así como riesgos de congestión en puntos clave.
Por otro lado, los eventos climáticos también impactan a las empresas, limitando la disponibilidad de materiales críticos y dañando infraestructuras como los cables submarinos de telecomunicación, por ejemplo. Asimismo, la transición energética requiere de componentes esenciales para la fabricación de baterías, cuya escasez representa un riesgo adicional.
A lo anterior se suma la presión sobre los recursos hídricos, fundamentales para la agricultura y el consumo humano, además de la reducción de tierras cultivables, la amenaza a los polinizadores y la pérdida de biodiversidad, lo que pone en riesgo la producción de alimentos y la estabilidad de las cadenas de valor de los agronegocios a nivel global.
5.- Presiones demográficas, tecnológicas y culturales sobre la fuerza laboral
El aumento en los volúmenes de retiros por jubilaciones, la reducción en la tasa de natalidad y las restricciones migratorias en algunos países desarrollados están ocasionando una disminución en la disponibilidad de talento calificado.
Este déficit, junto con los cambios culturales en las expectativas laborales, obliga a las organizaciones a considerar soluciones tecnológicas para cubrir esta brecha, sin perder de vista la importancia de mantener un balance entre la IA y las capacidades humanas.
Frente a este entorno geopolítico incierto, es esencial que las empresas adopten enfoques proactivos que, además de mitigar riesgos, permitan identificar oportunidades de crecimiento. Algunas recomendaciones incluyen:
- Tratar el cumplimiento como una ventaja competitiva más que como un requisito, alineándolo con los objetivos estratégicos del negocio. Un ejemplo de ello sería gestionar la transición energética como fuente de innovación, disrupción y rentabilidad para las organizaciones
- Fortalecer los esquemas de ciberseguridad, considerando la situación particular de la empresa e identificando amenazas relacionadas con percepciones ideológicas de los países donde opera, o bien, con los mantiene relaciones comerciales
- Proteger los activos frente al cambio climático
- Estructurar cadenas de valor con enfoque de multilocalidad y con capacidad de responder ágilmente y mejorar la gestión de la continuidad, estableciendo alianzas con proveedores críticos
- Repensar las cadenas de suministro, por ejemplo, procurando que sean más cortas y concentrándolas en regiones con objetivos comunes, así como fomentando la circularidad para reducir la dependencia de materiales en zonas de conflicto
- Identificar nichos de mercado desatendidos por interrupciones o ajustes en el enfoque de las cadenas de suministro globales
- Estructurar negocios vinculados con desarrollos tecnológicos mediante acuerdos innovadores con empresas líderes
- Establecer centros de formación continua que incluyan herramientas tecnológicas para el desarrollo de habilidades
Contar con un equipo dedicado al análisis de riesgos geopolíticos permitirá materializar acciones concretas que permitan proteger activos, identificar oportunidades y elevar la capacidad de gestión, flexibilidad y adaptabilidad de las organizaciones.
Asimismo, aprovechar las metas relacionadas con temas ASG es crucial para fomentar la innovación, visualizar escenarios estratégicos y mejorar la rentabilidad. A corto plazo, estas prácticas dejarán de ser una ventaja opcional para convertirse en parte esencial del modelo de negocio.
En conclusión, mantener un análisis constante de las cadenas de valor, desarrollar mecanismos ágiles de respuesta y promover nuevos modelos de gestión es clave para fortalecer la resiliencia de las empresas. En este sentido, el desarrollo de nuevos modelos de recursos humanos es fundamental para lograrlo. En otras palabras, alcanzar un equilibrio entre las capacidades tecnológicas y las habilidades humanas de aprendizaje continuo es indispensable para preservar la estabilidad entre economía, sociedad y ambiente dentro de un sistema global en alto riesgo.
* Socio Líder de Asesoría en Gobierno Corporativo, Riesgo y Sostenibilidad de KPMG México
**Las ideas y opiniones expresadas en este escrito son del autor y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México