Shanghái, China.- Los precios de la vivienda nueva en China cayeron por decimosexto mes consecutivo en septiembre, aunque el ritmo al que lo hicieron fue ligeramente inferior al del mes anterior en el marco de una campaña cada vez más persistente por parte de las autoridades para apuntalar el maltrecho sector.
Los precios en 70 ciudades seleccionadas cayeron 0.71% con respecto al mes anterior, según cálculos efectuados por EFE con base en las cifras divulgadas por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), que habían reflejado una contracción del 0.73% en agosto.
De las mencionadas localidades, 66 experimentaron reducciones en el precio de la vivienda frente a las 67 de agosto, con tan solo tres (Shanghái, Taiyuan y Xuzhou) registrando repuntes. En el caso de los inmuebles usados, todas esas 70 ciudades presentan descensos.
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Los cálculos sobre las cifras de la ONE también reflejan una reducción del 0.93% intermensual en el precio de las viviendas de segunda mano en septiembre tras haber bajado 0.95% el mes anterior.
La ONE también anunciará los datos de inversión destinada a la promoción inmobiliaria en los tres primeros trimestres, un indicador que había descendido 10.2% en el acumulado hasta agosto.
El ministro de Vivienda, Ni Hong, aseguró el miércoles que el sector ya habría "tocado fondo", y avanzó una expansión de su programa de financiación para proyectos inmobiliarios, que alcanzará el equivalente a unos 562 mil millones de dólares a finales de 2024, ofreciendo un mayor acceso al crédito a promotoras para concluir obras en curso.
Gobierno impulsa medidas para facilitar compra de vivienda
Tal y como se había avanzado anteriormente, el Ejecutivo chino permitirá además a las autoridades locales usar fondos especiales para adquirir terrenos y propiedades sin vender, con el objetivo de convertir estas últimas en vivienda asequible.
En mayo, las autoridades ya habían lanzado un amplio paquete de medidas para tratar de impulsar el sector, con miles de millones de dólares en créditos para proyectos de viviendas subsidiados o la reducción de las cuotas de entrada necesarias para adquirir casas, aumentando asimismo el número de personas que pueden ser consideradas como compradores de primera vivienda.
Desde entonces, además, numerosas ciudades han anunciado medidas para facilitar la compra de vivienda, entre ellas algunas de las más importantes del país, como Pekín, Shanghái, Shenzhen o Cantón.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciara restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que habían acumulado un alto nivel de deuda, entre las que destacaba Evergrande, con un pasivo de casi 330 mil millones de dólares.
Ante la coyuntura, el Gobierno anunció diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo asimismo líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras, a las que se marcó como prioridad la finalización de los proyectos vendidos sobre plano, asunto que preocupa a Pekín por sus implicaciones para la estabilidad social, ya que la vivienda es uno de los principales vehículos de inversión de las familias chinas.
No obstante, el mercado no está respondiendo: las ventas comerciales medidas por área de suelo se desplomaron 24.3% en 2022 y otro 8.5% en 2023.
Uno de los grandes causantes de la reciente ralentización de la economía china es precisamente la crisis del sector inmobiliario, cuyo peso sobre el PIB nacional -sumando factores indirectos- se estimaba en torno a 30%, según algunos analistas.
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