La invasión de Rusia a Ucrania contribuyó a que la inflación en México repuntara en febrero pasado por arriba de las expectativas, y amenaza con mantenerse en niveles elevados incluso este mes, extendiendo la cuesta de enero a todo el primer trimestre del año, de acuerdo con proyecciones de analistas.
El mes pasado, el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró una variación mensual de 0.83% respecto a enero y se trató de la tasa más alta para un mes de febrero en 22 años. Con ese resultado, la inflación general anual se ubicó en 7.28, superando el registro de 7.07% del primer mes de 2022.
Sin embargo, según proyecciones de analistas consultados por CitiBanamex, la escalada de precios se mantendrá hasta marzo, con la inflación anual todavía por arriba de 7.0%.
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El subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, advirtió que la inflación elevada será más persistente de lo que se había anticipado, tanto en México como en el mundo.
A través de Twitter, reconoció que es necesario incluir la ecuación del impacto inflacionario que tendrá el conflicto bélico, que, si bien es difícil de anticipar, claramente será al alza.
“El reciente disparo en los precios de materias primas a nivel internacional generó nuevos riesgos al alza para la inflación general en México”, comentó Ricardo Aguilar, analista económico de Invex.
“No sólo los precios internos de la gasolina y el gas natural podrían verse afectados por los acontecimientos recientes, con todo y los subsidios anunciados por la autoridad.
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“El incremento en las cotizaciones internacionales del maíz y el trigo presentan importantes riesgos inflacionarios”, agregó.
EL UNIVERSAL publicó ayer que el aumento en el precio del petróleo por la invasión rusa a territorio ucraniano ya generó un gasolinazo histórico en Estados Unidos, fenómeno que puede llevar a la inflación en México a un nuevo máximo en 22 años, además de que complicaría las finanzas públicas.
Panorama complicado
Con información de precios hasta febrero y a sólo dos semanas de la guerra en Ucrania, existe un alto grado de incertidumbre respecto al nivel de la inflación hacia finales de año y se ha elevado el riesgo de que se materialice un escenario adverso, consideró la economista en jefe de Banco Base, Gabriela Siller.
“La proyección de inflación hacia el cierre del año podría ser revisada hacia niveles de 8% en caso de que se observen presiones inflacionarias entre marzo y junio similares a las observadas, en promedio, durante enero y febrero”, mencionó.
Sin embargo, de persistir las presiones inflacionarias hasta finales del cuarto trimestre, “se eleva el riesgo de que la proyección de inflación general se acerque a 10% anual”, advirtió.
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De acuerdo con los datos del Inegi, los incrementos mensuales en febrero pasado en la tortilla de maíz (1.30%), el gas LP (5.70%), la gasolina regular (1.05%) e incluso en los automóviles (1.28%) reflejan la acumulación de choques por el alza en las materias primas y las disrupciones que han tenido las cadenas globales de valor.
A tasa anual, los energéticos con mayores alzas en sus precios fueron el gas doméstico natural, con un aumento de 24.53% en febrero contra el mismo mes de 2021, así como la gasolina tipo Premium, con un incremento de 12.82%, efecto ocasionado por el repunte de los precios internacionales del petróleo.
Daniel Arias, analista económico de Monex, explicó que “la situación es complicada, puesto que este shock se presenta en un entorno de vulnerabilidad de las expectativas, que tuvieron deterioros marcados en los meses de pandemia”. Ante ello, el riesgo de tener nuevamente una inflación general de más de 7.0% anual al cierre del presente año se mantiene latente, recalcó.