La administración federal promueve políticas públicas que afectan al sistema de salud así como al educativo, lo que se traducirá en limitaciones en el desarrollo del capital humano, del crecimiento y dificultad para revertir la pobreza, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Explicó que en momentos de pandemia, fortalecer el sistema de salud debe ser prioridad, al igual que la educación de calidad, pero en lugar de ello se promueven políticas “improvisadas”.

“Encima de una situación presupuestal y operativa confusa del sector salud, las familias de menores ingresos vieron además afectada su situación financiera y médica en forma severa”, señaló.

“Por una parte, debido a que tuvieron que hacer frente a gastos en medicamentos con su bolsillo, que antes se proveían por el seguro popular, por la otra, a menudo se enfrentaron a la imposibilidad de atención, consultas, disponibilidad de medicinas y admisiones hospitalarias, que llevó a la pérdida de algún familiar”, expuso el CEESP.

La anterior situación fue de las causas por las que aumentó la pobreza entre 2018 y 2020, destacó el organismo.

Consideró que el problema es que siguen sin tomarse acciones que mejoren el servicio de salud, cuya situación “es preocupante y puede deteriorarse más el próximo año. Además del limitado aumento del gasto en salud, siguen desapareciendo programas que afectarán a los hogares”, indicó.

Para el CEESP, los servicios de salud, medidos en cantidad y calidad, son bajos y se le suman decisiones improvisadas en el sector educativo, porque se pretende regresar a clases sin la seguridad de que se apliquen protocolos adecuados para evitar contagios de Covid-19.

En un regreso a clases “el riesgo es que, más allá del discurso, las autoridades no puedan dar la atención mínima a la población que lo requiere en estas circunstancias, hacer frente a lo que aún falta de manera adecuada y evitar contagios y decesos innecesarios”.

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