En México no sólo hemos visto una disminución en el desempleo y la inflación, sino que, de manera más destacada, la pobreza y la desigualdad están disminuyendo. Entre 2018 y 2022, cinco millones de mexicanos dejaron atrás la pobreza, y la brecha de desigualdad entre el estado de menor y mayor ingreso disminuyó 20%.
Las recientes cifras publicadas indican que las políticas implementadas por el actual gobierno, incluida la estrategia de apoyos universales, han sido efectivas en reducir la pobreza y la desigualdad, a pesar de enfrentar uno de los peores choques externos en los últimos 80 años, como lo fue la pandemia de Covid-19.
Si bien hay áreas de oportunidad, esto no implica que la estrategia se deba modificar. Es importante mantener el sentido de urgencia y elevar nuestras metas. Continuando con la efectividad de esta estrategia y realizando ajustes pertinentes, podríamos aspirar a una meta de ‘Pobreza Cero’ para los siguientes 10 años.
Bajo la administración del Presidente López Obrador se hicieron dos cambios fundamentales en el diseño de los programas sociales: se dejaron de etiquetar, para dar más flexibilidad a las personas en sus decisiones cotidianas, y se universalizaron, para que todas y todos tengamos el derecho a acceder a ellos, si así lo necesitamos. Estos cambios son esenciales para garantizar un mayor bienestar, especialmente en comunidades de bajos ingresos, y son vitales en una economía con tan marcadas diferencias en los ingresos, como la de nuestro país.
Los recientes datos publicados por Coneval validaron las estimaciones preliminares que indicaban que México está avanzando en la lucha contra la pobreza y desigualdad, superando los logros de las dos administraciones anteriores. A pesar de enfrentar la pandemia, México no sólo se recuperó en 2022, sino que fortaleció su combate a la pobreza. Gracias al incremento de la red de protección social, desde 2019, se evitó que 4 millones de personas cayeran en la pobreza. En el contexto latinoamericano, México se destaca por su eficacia en reducir la pobreza tras la crisis sanitaria.
Aunque el impacto del Covid-19 aumentó la pobreza extrema, esta cifra disminuyó drásticamente pospandemia. De 2020 a 2022, 1.7 millones de personas salieron de esta situación, augurando una reducción considerable para 2023 y 2024.
Además, el Pacic fue fundamental para proteger a las familias más vulnerables, asegurando la estabilidad de precios en la canasta básica. Sin esta medida, se estima que 1.2 millones más de personas estarían en pobreza.
La desigualdad, uno de los mayores retos de México, está siendo afrontada con reformas laborales, como la eliminación del outsourcing y el aumento del salario mínimo, y los programas sociales universales. Estas acciones, junto con un crecimiento económico pospandemia de 3% a 4%, y una prudente política fiscal, han contribuido a reducir la desigualdad en 6%.
El sur-sureste de México está viviendo una transformación tras décadas de olvido. Con salarios que superan el promedio nacional, la región promete convertirse en un polo de desarrollo. Los proyectos de infraestructura como el Corredor Interoceánico han impulsado la economía local y reducido drásticamente la pobreza; se estima que el número de personas en esta situación disminuyó en 281 mil.
A pesar de los avances, existen áreas que deben atenderse, pero que son complementarias y no requieren modificar la estrategia en lo general. El acceso a servicios de salud y educación siguen siendo áreas de oportunidad de mejora para brindar iguales oportunidades para todas y todos, especialmente desde temprana edad.
Es relevante subrayar que estos resultados han sido alcanzados sin incrementar los impuestos y manteniendo la deuda pública estable. Esta situación brinda a México espacio de maniobra suficiente para seguir creciendo de forma inclusiva y equitativa.
Los avances logrados hasta ahora son testimonio de la eficiencia de la estrategia implementada en esta administración para combatir la pobreza y desigualdad, delineando lo que es posible alcanzar. Con esta trayectoria y compromiso, la aspiración de llegar a una ‘Pobreza Cero’ se perfila no sólo como un ideal, sino como un futuro tangible y al alcance de nuestro país.